1. Mi historia con una mujer maltratada (11)


    Fecha: 13/06/2025, Categorías: Hetero Autor: Tmy456, Fuente: CuentoRelatos

    Al próximo día me levanté a las 7 de la tarde, no sé qué me pasó, si ella me había drogado, si tuve un sueño muy profundo. Cuestión, me puse una remera, un bóxer, un pantalón de jean y unas zapatillas. Anen ya estaba preparando un matambre de cerdo, con una receta de internet impresa. Cuando me acerqué a ella y la abracé por atrás, me dijo:
    
    —Hola, cielito mío.
    
    —Hola, amor. ¿Qué estás haciendo?
    
    —Matambrito de cerdo.
    
    —¡Qué bueno!
    
    —¿Viste que no sos el único que cocina acá?
    
    —Ya me lo demostraste con las pizzas que hacés que quedan riquísimas, como vos.
    
    Empecé a besar su cuello e iba buscando su mejilla.
    
    —Pero ahora te quiero demostrar que aprendo.
    
    —Ya sé que aprendes y bastante rápido además. Escuchame una cosa.
    
    —Te escucho.
    
    —Me gustó muchísimo lo que hiciste ayer.
    
    —¿Sí?
    
    —Sí, me encantó.
    
    —Está bueno que te guste lo que te hago, así puedo ir mejorando.
    
    —Por cierto, ¿dónde conseguiste ese aceite?
    
    —Mientras vos estabas con tu amigo yendo a hacer una sabe qué cosa, yo estaba en una dietética comprando eso.
    
    —¿Cómo lo pediste?
    
    —Aceite 100% puro de lavanda natural para terapia, 30 ml.
    
    —Ah, mirá.
    
    —Sí, a ver. Es para terapia ocupacional, para el cutis, para mejorar enfermedades respiratorias, para calmar el ánimo o la ansiedad, para relajar los músculos, se puede usar como antimicótico, como bactericida, como antireuma, antiacné. ¿Qué más?... Bah, creo que eso es todo.
    
    —¿Y cómo sabés vos todo esto?
    
    —Lo estudié en la ...
    ... secundaria, yo hice bachiller biológico.
    
    —Anotado, otra cosa que no sabía de vos y me acabo de enterar.
    
    —Jajajaja
    
    —Mi pequeña niña nerd.
    
    Lamí su cuello y dijo:
    
    —No empieces.
    
    —¿Que no empiece con qué?
    
    —Dale, estoy cocinando boludo, decía riéndose entretanto cortaba una papa.
    
    —Dejá eso un segundo y vení acá.
    
    La agarré suavemente de las manos, la llevé al centro del comedor y puse desde su celular "Nothing´s Gonna Change My Love For You", de George Benson, un lento en inglés de los 80'.
    
    —¿Me podés dejar cocinar, por favor?, preguntó sonriendo.
    
    —Vení a bailar conmigo, un ratito.
    
    —Bueno, pero un rato nada más, que después tengo que seguir cocinando.
    
    —¡Bien!, dije alzando el puño por lo bajo.
    
    Nos pegamos los dos y arrancamos a bailar al ritmo de la música.
    
    —Uy, Dios.
    
    —Está bueno, ¿no?
    
    —No es de mi época, pero si, está más o menos...
    
    —¿Entendés que a veces está bueno hacer este tipo de cosas?
    
    —Sí.
    
    —Uh, pará. Escuchá esta parte.
    
    Tan pronto como llegó el estribillo, lo canté lo mejor que pude. Cuando terminó la canción, nos quedamos mirándonos a los ojos, en silencio, parecía que nos comunicábamos por telepatía. Me agarró con una mano la cara, con la otra el hombro y dijo muy despacio, con una voz y un tono muy tiernos:
    
    —Podría estar todo el día así, pegada a vos bailando esta canción.
    
    —El sentimiento es mutuo.
    
    Y nos dimos un beso para la eternidad, tan cálido y con tanto amor, que casi me derrito de lo fogoso que fue. ...
«1234»