69 es mi número de la suerte (parte 2)
Fecha: 05/11/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: Madame Pussy, Fuente: CuentoRelatos
... vaginales, su culo. La hizo volver a la mesa, pararse entre las piernas abiertas de el y le levantó la pollera hasta la cintura dejando la concha de ella totalmente depilada y brillosa de excitación a la vista y entera disposición de su boca. El inclinó el cuerpo hacia adelnate y comenzó a besarle el pubis, y a bajar para introducir la punta de su lengua en la abertura de su sexo. Ella tuvo que apoyar las manos en los hombros de él porque sentía que las rodillas iban a fallarle, la lengua de él invadía su interior y rozaba su clítoris que comenzaba a sentirse hinchado. "Sos una delicia, quiero comerte toda entera", la giró poniendola nuevamente de espaldas a él y la hizo agacharse sobre la mesa. Su culo completo quedó expuesto. Culo y concha a merced de su lengua. Mojada, caliente, palpitante, con el deseo acumulado de tanto tiempo. El comenzó a recorrerla desde el clítoris hasta el ano. todo lo que está en medio sufrió la invasión de su lengua y su saliva. De sus besos y mordiscos. Y ella con un grito ahogado sintió como los dedos de Lucio la penetraban por la concha mientras su lengua se regodeaba en su culo. Hasta que un calambre le anunció que ya no podía soportarlo más y se dejó ir en un orgasmo.
Se desnudaron y ya acomodados en la cama se dedicaron a la práctica favorita de Lucio, el 69. Las bocas de cada uno sobre el sexo del otro. Por fuera, por dentro, caliente, mojado, hasta acabarse ...
... mutuamente. Ella le comía la pija y los huevos pero también se deleitaba con el culo de ese hombre. Esa sensación de excitación que ella notaba en él cuando le penetraba su culo masculino con la lengua la llenaba de fuego. Y finalmente, cuando todo estallaba en fluidos, a ella le gustaba dormirse con la pija flácida y satisfecha de él en la boca.
Así transcurrió la semana. Mañanas de 69, días de cada quien en lo suyo y noches de sexo sin límites. Un día sólo quiso verla masturbarse. Otro día fue noche de sexo anal. Y la penetró hasta dejarselo rojo, abierto y chorreando su leche. Una noche vino con un compañero y ella debió satisfacerlos a ambos por turnos y en simultáneo en un doble penetración de esas que terminan en gritos de placer. Y la última noche, como un capricho para si mismo, Lucio vino con otra mujer. Les pidió a ambas que se desnuden para él y como si fuera un director de cine, se sentó a masturbarse mientras les ordenaba qué cosas tenían que hacer para su disfrute. Y la lujuría se apoderaba de sus ojos, su boca, su pija, al ver esas dos mujeres comiendose mutuamente la concha para darle gusto a él, pero gozando además como dos perras. "Te ponés muy cachonda cuando viajas, no?? Estar lejos de casa te hace tener menos límites, menos control, eso me gusta, voy a tener que sacarte de viaje más seguido" le dijo Lucio a Celina mientras las dos, de rodillas frente a él, se disputaban su verga con las bocas.