Fany, la cornuda (capítulo 1)
Fecha: 26/06/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Homelander, Fuente: CuentoRelatos
... estaba dura como piedra de nuevo y ponía toda su boca sobre aquel delicioso coño, chupaba y jugaba con su lengua, le encantaba la morbosa idea de estarla lamiendo entre las piernas, tan prohibido, nada de placer físico-sexual cómo tal para él, pero estúpidamente morboso y divertido, en su ir y venir, sin saber le acariciaba el clítoris con la nariz y Eliza estaba aturdida del placer. Gimiendo libremente, sus piernas se movían como locas y sentía esa poderosa sensación nunca antes experimentada, menos contundente que una penetración, pero definitivamente satisfactoria e intensa.
Eliza levantó su falda, quería ver a ese guapo chico comiéndole el coño, la vista no decepcionaba, el lindo chico lucía aún mejor con la cara entre sus piernas y su coño en la boca, ella rio nerviosa, ahora entendía porque los hombres aman tanto las mamadas, el placer está ahí, pero el poder amigo, el poder que sentía al verlo ahí era lo realmente increíble…
—¿Qué? — preguntaba Mario nervioso, ella le sonreía con malicia, le acariciaba su linda cara con una mano.
—Cómeme el coño y cállate — decía sonriendo y ambos reían un poco — Déjame tomarte video.
Agregó ella, él le sonreía, se separaba, echaba la vista atrás, tomaba su celular, presionaba unas cuantas veces y se lo daba a ella. Mario volvía a su labor viendo a la cámara, ella lo enfocaba con una mano, le apretaba la cabeza con las piernas y le acariciaba el cabello con la mano libre, gemía tímidamente y admiraba al muchacho ...
... degustándola.
—Ponte en cuatro — decía Mario separando la cara, los alrededores de su boca estaban visiblemente húmedos.
—¿Para? ¿Me la vas a meter? — preguntó emocionada aún grabando todo.
—No… Es que mmmm así sería diferente, a lo mejor te gusta más — dijo nervioso y sonriendo.
Ella sonrió y se levantó, él le daba espacio haciéndose a un lado, la chica tomó posición, rodillas en el piso, medio cuerpo sobre el sillón y en cuanto patas hacía él. Mario se colocaba, se ponía de rodillas detrás de la chica y le levantaba la falda con confianza, ella reía un poco.
—¿Te gusta? — preguntó nerviosa con su lindo trasero a merced de él, lo meneaba una vez tontamente.
—Sí — respondió él viendo fijamente — Demasiado — agregó honestamente sin dejar de ver las preciosas y redondas nalgas de Eliza.
Mario no perdía detalle, ni siquiera parpadeaba, incluso respondió sin darse cuenta, todo hombre sabe cómo es, la vista de un buen culo es hipnótica, más la vista de un buen culo NUEVO. Un precioso par de nalgas bien redondas y respingadas, levantadas, parecían infladas a presión, un par de pequeños balones bien redondos, rellenos de carne y aperlados. Ni un solo gramo extra, ni faltante, la curva de su culo era perfecta y la anchura de su cadera también. Odiaba pensarlo, pero ese culo se veía 1,500 veces mejor que el de su Fany en 4 patas, tan redondas y preciosas, se sentían firmes, aunque la chica apenas hacía ejercicio, bendita juventud, nada parecido a las nalguitas de su Fany, ...