1. Mi sobrino se queda en casa


    Fecha: 05/11/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Dolores, Fuente: CuentoRelatos

    ... apartamento, pues es bastante amplio, de dos plantas y goza de varios cuartos desocupados más aún cuando yo habito la misma habitación con mi madre. Le dije que si era por no pasar por aprovechado podía ayudar con algunos gastos, esto último lo convenció y se quedó a vivir en nuestro apartamento.
    
    Cuando llegó nos saludamos de beso en la mejilla, lo llevé a la que sería su habitación y lo conduje para que saludara a su abuela. Al estar saludando a mi madre y consiente de que ella no entendía nada, le dijo que estaba complacido de estar aquí y lo más contento que lo tenía es estar cerca de una tía tan guapa. Esto me hizo sonrojar un poco y decirle que eso lo decía para halagarme y que se lo agradecía.
    
    Los días transcurrían y no se rompía la monotonía de la casa. Yo me iba al trabajo y dejaba a mi madre al cuidado de una enfermera hasta que regresaba a mitad de la tarde. Mi sobrino tan pronto llagaba iba a la habitación de mi madre y mía, la saludaba y bajaba a su habitación. Una tarde yo estaba cambiándome de ropas cuando de repente se abre la puerta y aparece mi sobrino a saludar a su abuela. Yo estaba únicamente en interiores y sin sostén, me tapé los pechos y di media vuelta dándole la espalda. Se quedó unos segundos mirándome y al ver que yo le dirigí la mirada pidiéndole que saliera de la habitación, cerró la puerta.
    
    Cuándo baje a la planta baja se encontraba en la sala leyendo una revista, al verme supo que yo lo recriminaría por entrar a la habitación sin antes ...
    ... anunciarse. Le dije que se olvidara de lo que había visto, pero para mi sorpresa me contestó que eso no lo podía olvidar porque lo tenía marcado en su mente, que lo perdonara pero que era la verdad. Yo me quedé sin palabras para contestar, me retiré y en la noche, recordando el detalle me excité un poco. Trataba de quitarme de la cabeza la situación y hasta llegué a imaginarme a mi sobrino lanzándome a la cama y poseyéndome.
    
    A partir de ese día noté que sus miradas ya no eran las de un familiar sino las de un hombre que desea a una mujer y eso me hacía sentir un poco mal, pero a la vez complacida de saber que despertaba las ansias de un hombre así fuera la de mi sobrino. En casa hablábamos poco debido a que por su trabajo llegaba tarde y agotado, pero en ocasiones tocaba el tema de la habitación y de lo que había visto y yo le decía que se olvidara de eso, que él era mi sobrino y yo su tía, pero el insistía. Un día en una fiesta familiar y bailando le noté una erección cuando rozó mis muslos y por escasos segundos lo acepté. Él se percató de lo sucedido y me dijo que yo era la culpable del roce y que me entendía por qué había retirado el cuerpo para que las personas que estaban en la fiesta no se dieran cuenta de que nosotros nos atraíamos. Yo me sonrojé un poco y luego, ya en mi habitación no podía quitarme de la mente el roce con su erección y la forma en que me miraba, cosa que me agitaban mucho logrando que me tocara las partes íntimas. Llegué a la conclusión de que, ...
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