1. Cásate conmigo


    Fecha: 04/07/2025, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos

    En una cama sucia y desaliñada, la rubia Isabel recibía los embistes de un hombre musculoso que había conocido menos de media hora antes en la panadería donde solía comprar. Todo sucedió muy rápido: una barra de viena que se desliza hacia el suelo, una mano apresurada que la recoge en el aire y roza sus tetas, un "Ay, perdón", un "No pasa nada"... Isabel salió de la tienda y esperó; el hombre la vio cuando cruzaba el umbral: ella, coqueta, se ajustaba el tirante de su vestido, dejando ver el nacimiento de sus frondosas tetas; él, simplemente, se llevó la mano a su entrepierna hinchada. Se fueron juntos a la casa de él. Y ahí, sin más, él la tomó en brazos y la tumbó en la cama. Sólo le quitó las bragas, el volante de la falda lo subió hasta el ombligo de ella, y la penetró bruscamente, cosa que a Isabel encantó.
    
    "Oye, pero ¿sin condón?", quiso saber su amiga Inés por teléfono; "No, se puso uno", respondió Isabel; "Ah, bueno..., oye, pero qué ligona estás últimamente", comentó la morena Inés; "Ya, no me puedo quejar, con mis kilitos de más, en fin, una hace lo que puede..."; "Oye, y cómo...", rio Inés; "Ya sabes, chica, los tíos están salidos, enseñas algo de carne y ya los tienes empalmados", rio también Isabel; "Claro, oye..., bueno, te dejo que viene mi jefe, luego te llamo, chao"; "Chao".
    
    Isabel se tumbó en su cama después de la llamada. Estaba desnuda tras la ducha fría que había tomado luego de haber ido a la panadería y haber follado con el desconocido. Isabel ...
    ... vivía sola. Así que no tenía que preocuparse de nada: podía ir en bolas por su casa si le apetecía, siempre que tuviese echados los visillos, porque desde el edificio de enfrente podía alguien sorprender su desnudez. "Me apetece polla", pensó.
    
    El jefe de Inés llegó y rompió el hielo con el personal de la sala diciendo: "Este mediodía vamos a liarla parda". Todos rieron. En el fondo sabían que ese "vamos a liarla parda" significaba que iban a tener más mesas reservadas de lo normal para un día de septiembre con tanta calor, es decir, que se iban a hartar de trabajar. Pero se lo tomaron con filosofía y siguieron preparando la sala como siempre. Inés oyó el sonido de una notificación de WhatsApp en su móvil, el cual sacó del mandil para leerla. "Me apetece polla. 13:24", leyó. Inés sonrió y miró a su alrededor contenta. Le encantaba el positivismo de su amiga Isabel. A ella, sin embargo, más apocada, sólo le apetecía echarse una siesta. Eso sí, si fuese en compañía de su jefe... pues mejor: tan enamorada estaba de él... Y todo por un revolcón. Sí. El día de la inauguración del restaurante. Ebria de alcohol consintió los tocamientos de su jefe y todo acabó con ellos dos follando como locos en el almacén del negocio sobre una de las mesas de plástico que iban a servir para la terraza. El culo de Inés apretado en la mesa amortiguaba los embistes de su jefe que, inclinado, sujetado a los muslos abiertos de ella, con los pantalones bajados hasta los tobillos, no cesaba en su empuje: ...
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