Cásate conmigo
Fecha: 04/07/2025,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos
... "Oh, oh, Inés, qué buena estás", le decía en voz baja mientras mordisqueaba y babeaba las tetas; "Ah, sí, sí, sigue, Miguel", gemía Inés con el rostro contorsionado de placer; "Oh, oh, Inés, me co-rro, me corro-ooh"; "Córrete, ah, sí, córrete, aahh". Miguel sacó la polla del coño de Inés y se masturbó hasta que el semen salió impulsado sobre el vientre de Inés, que suspiró satisfecha. No obstante, Inés dejó ese trabajo, y no supo ni quiso saber nada más de su jefe.
Isabel se paseaba en braguitas por su casa, retocando esto, limpiando lo otro, cuando sonó el timbre. Cogió una camisa del perchero que tenía junto a la puerta, se la puso y abrió. "Buenos días, señora", le dijo un hombre vestido de técnico de algo; "¿Qué quieres?", interrogó Isabel. No le cabía duda a Isabel de que sus tetas habían cautivado a aquel hombre; claro, se había abotonado la camisa con prisas y media teta al menos se le veía. Después de unos prolegómenos en los que las asentadas insinuaciones de Isabel habían calado en el ánimo del "técnico de algo", éste entró en la casa y se quitó el uniforme en el saloncito. Ahí, desnudo y de pie, se quedó esperando a que Isabel se arrodillara frente a él. Esta engulló la polla; la sintió endurecerse en su boca; y mamó. Se deshizo de la camisa Isabel y tomó las manos del hombre para guiarlas hasta sus tetas, para que se las acariciase entretanto ella chupaba. Se metió ella los dedos bajo la telita de sus bragas para masturbarse, y chupaba. La habitación se ...
... llenó de quejidos y gemidos: roncos los de él; finos los de ella. La polla se hinchaba más y más. Isabel sabía que este hombre se iba a correr y aumentó el ritmo de su cabeceo: "Mmm, mmm, mmm", mamaba Isabel; "Oohh, oohh", rugía el hombre. El semen salió disparado hacia la garganta de Isabel. Ella miró a la cara del hombre, escupió el abundante semen en la palma de su mano y lo saboreó con su lengua diciendo: "Uff, chico, qué buena corrida".
De las dos amigas, elegí a Inés. Fue en una fiesta de fin de verano que se celebró en un chiringuito frente a la playa. Yo bailaba solo cuando ellas me miraron. Quizá les llamó la atención mi corte de pelo estilo militar; o quizá mi torso peludo vislumbrado en mi camisa abierta. Isabel iba muy provocativa con un kimono transparente sobre su ropa interior; Inés llevaba una camiseta de los Lakers y unos pantaloncitos cortos. El cuerpo de Isabel era voluminoso, en cambio el de Inés era fino como el de una delicada figurita de porcelana. Inés y yo congeniamos pronto. Ella pidió a Isabel las llaves de su casa y nos fuimos para allá. En cuanto llegamos, Inés y yo nos duchamos juntos: quedé maravillado ante su desnudez: la noche prometía: las medianas tetas con sus areolas morenas, la modelada cinturita, el vientre acogedor y el coño bien triangulado me excitaron desde el principio. Metí mi polla en su cuerpo entusiasmado más tarde en la cama. Inés gemía lánguida con mis avances. Inés besaba mis hombros y mi pecho estando debajo de mi cuerpo ...