Unas vacaciones con mi madre (P. 2): La primera noche
Fecha: 05/07/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Alfil-1, Fuente: CuentoRelatos
... misma.
—Estás seguro de lo que vas a hacer? Preguntó cómo último recurso.
—Lo deseo con toda mi alma! Contestó el con los labios casi pegados.
Elena abrió levemente los suyo y Luis no dudó en penetrar con su lengua. El beso comenzó suave y tierno, y poco a poco se fue haciendo largo, profundo y lascivo. Elena se abrazó más a su cuello mientras sentía como le apretaba el culo. Notaba como se iba excitando más, después de abandonar el rechazo de su propia mente. Llevaba dos años sin que la tocará un hombre y sentía que su cuerpo se lo pedía, y que mejor hombre que su propio hijo. Estaba yendo despacio, con dulzura y a la vez podía sentir su deseo, su pasión, y eso la excitaba más, y a la vez le provocaba más deseo. Luis fue bajando con su boca por el cuello, después por el generoso escote, a la vez que con una mano tiraba del vestido hasta descubrir una de sus hermosas tetas. El pequeño sujetador apenas la cubría, y el duro y erecto pezón salió por encima de la tela. La lengua de Luis lo lamió con dulzura y sus labios lo succionaron con delicadeza hasta sacar unos gemidos de la boca de Elena. Ella fue bajando su mano con timidez hasta encontrar la bragueta abultada de Luis. Percibió un escalofrío al sentir el miembro a través de la tela, fue una sensación extraña, a la vez que excitante, era su hijo, pero no podía parar. Luis bajo el otro tirante del vestido y en la luz tenue del salón contempló las dos maravillosas tetas de su madre. Alguna vez las había visto, a ...
... hurtadillas por el filo de la puerta de su habitación cuando se cambiaba de ropa, pero ahora las tenía frente a sus ojos, unos ojos que brillaban con ráfagas de lujuria. Sus pasos se hacían cada vez más lentos en la penumbra del centro del salón. La música, la luz de la luna penetrando a través de la doble puerta del jardín, el rumor de las olas y los cálidos gemidos, envolvían la estancia de una forma especial.
Elena se atrevió a desabrochar el bermudas de Luis, que lentamente fue resbalando por sus piernas hasta caer al suelo. Con movimientos lentos y suaves de sus pies se deshizo de él, quedándose con los bóxer y la camiseta. Luis lamía y succionaba los dos duros y erectos pezones provocando continuos gemidos a su madre. Ella sentía ascender el calor en todo su cuerpo, y a cada segundo que pasaba disfrutaba más de ese momento. Metió la mano entre los bóxer y abrazó con sus finos dedos el miembro de Luis. Se mordió el labio inferior al sentirlo en su mano, reprimiendo las ganas de apretarlo. Luis fue tirando del vestido hacia abajo hasta dejarla con el torso desnudo. Lo acarició, lo sobo y disfruto de cada roce de sus dedos. Tiro más del vestido hasta traspasar las caderas y lentamente la fina tela fue escurriéndose por las piernas hasta caer al suelo. Elena también se deshizo de él levantando levemente sus pies con movimientos suaves. Las manos de Luis comenzaron a subir y bajar por todo el cuerpo semidesnudo de su madre, tocando sus tetas, sus muslos, su culo, haciendo que ...