Cogiéndome a la nueva jefa en su oficina
Fecha: 08/07/2025,
Categorías:
Confesiones
Autor: contadorinforma, Fuente: RelatosEróticos
Hola amigos, ya les había contado mi primer encuentro con mi nueva jefa, una noche de copas en la empresa que terminó en poder manosearla deliciosamente. Como les había mencionado, la cosa no terminó ahí. A la semana siguiente de la fiesta, retomamos labores el día lunes. Yo no sabía que actitud iba a asumir ella, no sé si haría de cuenta que no pasó nada, si diría que estuvo borracha y que no se acuerda que paso esa noche, si estaría arrepentida, era un dilema pensar como me iba a tratar de ahora en adelante y de igual forma que actitud debía asumir yo. Me encontraba inquieto, preocupado, ansioso, la suerte estaba echada, solo había que esperar.
Su oficina está divida en dos secciones, al ingresar primero está la sección de su secretaria que se encarga de atender todos sus asuntos y luego está la división en un vidrio opaco, con su propia puerta que le brinda privacidad y donde atiende a los clientes de la empresa. A través del vidrio no se puede mirar lo que pasa al otro lado, solo se alcanza a percibir la silueta de las personas. Recuerdo que ya todos los empleados estábamos en la oficina trabajando y llegó ella. Muy imponente, caminando con seguridad y confianza. Tenía puesta una falda muy corta, pero elegante, donde se podía admirar sus contorneadas piernas con unas medias veladas oscuras que la hacían ver muy sensual. Tenía puesta una blusa semitransparente de color negro, ceñida delicadamente a su cuerpo, a través de la cual se podía ver su sostén de encaje color ...
... negro, que cubría perfectamente sus grandes tetas blancas y redondas, la blusa era muy escotada, se notaba que le gustaba presumir esos ricos senos que tenía. A medida que caminaba con elegancia y sensualidad, se podía ver como sus enormes senos se movían deliciosamente de arriba abajo con cada paso, era imposible no quedarse hipnotizado con el movimiento de esos senos suculentos e imaginar su desnudez debajo de su sostén, sus ricos pezones escondidos, que tantas ganas tenia de volver a probar.
Entró saludando a los empleados efusivamente y se fue acercando lentamente hacia mi módulo, yo estaba a la expectativa de lo que iba a pasar. Me quedo viendo pícaramente y me sonrío coquetamente, como diciéndome que le había encantado lo que paso la otra noche. Me saludo con un beso en la mejilla, que casi rozó mis labios y me hizo estremecer. Desde ese momento supe que nuestra aventura iba a continuar.
Durante el resto del día seguimos trabajando con normalidad, de vez en cuando entraba a su oficina a dejar o traer algún documento, siempre que me le acercaba no podía evitar ver a través de su profundo escote esos enormes senos que sobresalían descaradamente para provocar los más bajos deseos, varias veces me tomo desprevenido mirándole esos ricos senos mientras me hablaba, creo que eso le excitaba porque se inclinaba aún más para mostrarme ese esplendoroso panorama. En horas de la tarde me llamo a su oficina y me dijo que, si al finalizar la jornada podía quedarme hasta más tarde ...