Cogiéndome a la nueva jefa en su oficina
Fecha: 08/07/2025,
Categorías:
Confesiones
Autor: contadorinforma, Fuente: RelatosEróticos
... la cintura, y la arrime contra su escritorio. No dijimos nada, todo era silencio, solo se escuchaba las voces de algunos empleados que charlaban y se encontraban fuera de la oficina. Puse mi pene erecto justo sobre su rico culo, y por encima de su falda empecé a frotar mi verga contra sus nalgas, le hacía sentir lo duro que lo tenía, la gran erección que me había provocado. Seguíamos en silencio y yo arrimándole descaradamente la verga en su culo. Ella empezó a moverse también al ritmo de mis movimientos, empezó a mover su culo de arriba a abajo, sintiendo mi verga y frotándola deliciosamente. Empezó a gemir muy despacio para que no nos escucharan, ella seguía de espaldas, no podía mirarla, pero sabía que lo estaba disfrutando tanto como yo.
Continuamos frotándonos y empecé a subir lentamente mis manos desde su cintura hasta llegar a sus grandes senos, los empecé a apretar con fuerza por encima de su blusa, sintiendo lo grande que eran. Termine de desabrochar su blusa dejando expuesto su sostén y sus tetas que ya se le salían de lo grandes que eran. A través de su hombro podía admirar sus senos mientras los manoseaba deliciosamente. Pase mis manos hacia su espalda y le desabroche el sujetador, el cual cayó inmediatamente impulsado por la fuerza de sus senos que se liberaban de su presión. Volví a poner mis manos sobre ellos, ya completamente desnudos, volví a mirar a través de su hombro y puede apreciar sus hermosas tetas enormes, redondas y muy blancas, sus pezones ...
... color rosa muy paraditos rodeados por una gran aureola; empecé a tocar con la yema de mis dedos la aureola de sus pezones, siguiéndola en círculos, sintiendo su textura, con mis dedos jugueteaba con sus pezones que estaban muy duros y luego con mis manos apretaba una y otra vez sus tetas desnudas, sintiendo la suavidad de su piel y escuchando como gemía cada vez más. Era delicioso.
Me acerque lentamente a su oído y le susurre si estaba húmeda. Ella regreso a mirarme y me dijo que mucho, que su tanguita estaba muy empapada, que por qué no lo comprobaba por mí mismo. Así que le fui subiendo lentamente su falda hasta la altura de su cintura, dejando al descubierto sus ricas nalgas que seguí rozando con mi pene erecto a través del pantalón; con mi mano derecha toque por encima de su tanguita blanca y pude sentir lo mojada que estaba, sus fluidos seguían saliendo sin control de lo excitada que estaba, así que le bajé la tanguita hasta el piso de tal forma que cayó a sus pies y ella la tiro a un lado.
Empecé a acariciar con mis dedos su vagina, que estaba depilada en la zona del bikini, con las yemas de los dedos podía sentir sus labios vaginales muy mojados, empecé a meter uno de mis dedos dentro de su conchita, se sentía muy tibia y resbalosa por sus líquidos, empecé a sacar y a meter mis dedos con suavidad, acariciando todo su interior y haciendo salir más líquidos; ella se aguantaba las ganas de gritar porque nos podían escuchar, así que lanzaba ahogados gemidos de ...