Una ayuda...
Fecha: 10/07/2025,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... vida me hiciera una paja. Él al notar que no me negué cuando su mano bajó por mi estómago, siguió avanzando.
—¿Qué viste qué te pusiste tan caliente como para pajearte en la cama? —me preguntó mientras su manos acariciaba suavemente mi verga.
Me estaba matando que no aumentará el ritmo, él quería que le respondiera antes de avanzar, por lo que le respondí.
—Escuche gemidos en el pasillo.
Él aumentó el ritmo y me mordisqueó el lóbulo de la oreja. Solté un gemido y Adam aumentó de nuevo el ritmo, al tiempo que apoyaba su verga dura en mi culo.
—¿Te la puedo meter? —me preguntó sin vueltas—. Necesito follarte.
—Si
Queria decirle que no, que seguro mañana se iba a arrepentir, él era bisexual, pero eramos amigos.
—Sacate el boxer —me pidió apartándose para desvestirse.
Me saqué el boxer rápidamente quedando desnudo para Adam, me puse de espaldas a él. Estaba bien que me quisiera hacer el culo, pero no me veía capaz de mirarlo a la cara mientras lo hiciera. Adam no se quejó por quedarme de espaldas, me agarró de la cintura, pasó sus manos por mi culo y sentí su verga caliente y dura entre ellas.
—No se como prefieres, pero te voy a dar duro, no me aguanto.
Con una mano en mi cintura y otra guiando su verga me penetro de una. Él gruñó, pero a mi se me escapó un gemido muy fuerte.
—Si no quieres que se den cuenta, mantén el tono bajo —me dijo mientras se enterraba aún más.
Mi piel se abría para él, pero le costaba. Hacía mucho que no tenía una ...
... verga tan grande como la de él. Me apreté contra él al mismo tiempo que empezó un mete saco duro, fuerte. Gruñía con cada embestida mientras sus manos me agarraban mi cadera con fuerza.
—Pajeate mientras te rompo el orto —me ordeno al odio.
Su tono de voz era tan sexi que no lo dude ni un instante. Agarre mi venga y empecé a pajear mientras él aumentaba el ritmo.
—Voy a querer follar este culo todas las noches —dijo cambiando el ritmo.
Su verga entraba lo más profundo y volvía a salir para entrar con fuerza y profundidad. Sentía el orgasmo muy cerca, no podía parar de pajearme ni de pedirle que aumente el ritmo de nuevo.
—Cabron me estas apretando.
Adam me agarró con fuerza de la cadera y bombeó sin parar, me estaba destrozando, pero me encantaba. Me tape la boca y grite llegando al orgasmo.
—Muy mal, Samuel, llegaste al orgasmo sin esperarme. —se quejó.
—No te preocupes, puedes follarme las veces que quieras.
Él soltó una carcajada y besó mi cuello.
—Eso ya lo tenía dado por hecho, pero quería que acabemos juntos —me dijo y me penetró con fuerza.
—La próxima, ahora no pares.
Había manchado la cama con mi semen, pero no me importaba, quería que Adam siguiera follándome toda la noche si era posible. Si había pensado antes que me estaba penetrando con fuerza, estaba equivocado, se había estado conteniendo. Me coloco boca abajo y entro y salio de mi con tanta fuerza y rapidez que ni tiempo a gemir me daba.
El sudor nos cubría y él parecía no ...