Mi sumisa traía regalo (IV) - Relatos Eróticos

Mi sumisa traía regalo (IV)

... si viene alguien, y tú maricón, porque lo eres, debajo de la ropa siempre llevaras unas de las bragas de tu mujer, de las que tiene en casa, y cuando estes aquí, y no tengas que usar herramientas peligrosas, trabajaras solo con las bragas. Cuando estes en el patio y mientras haga frio podrás ir vestido, pero aquí dentro solo bragas.

Contestaron los dos a la vez.

-Vete a tu sitio sirvienta

-Y ahora, aunque no te guste vas a hablarme de tus hazañas como maricón.

-No hay mucho que contar SEÑOR, cuando necesito tener relaciones, me voy a un parque que hay chaperos y hay me desahogo.

-Eso se ha acabado, a partir de ahora como me entere que mantienes relaciones fuera de mi control, estarás en la calle, y como bien sabes todo lo que ha pasado aquí está grabado.

-Asi será SEÑOR.

-Ademas no creo que te falte, porque al cornudo también le gusta.

- ¿Puedo hablar SEÑOR?

-Si Olga.

-El cornudo esta empalmado jajaja.

-Jajaja.

-Sube a por mí bolsa de deporte Olga.

-Esta en el armario tita, es la negra grande.

-Vas a chuparle la polla al cornudo, pero te quiero con el culo en pompa maricón.

Apareció Olga con la bolsa y me la dio, saque un dildo doble con correas.

-A ver como lo hacemos, pero nadie se correrá hasta que yo lo diga, al que lo haga le daré treinta correazos, y Olga ya puede dar fe como los doy.

-Como la sirvienta es bajita y no va a poder, metete ponte tú la correa y metete el dildo, y la sirvienta como pueda entre la silla ...

... y el maricón.

-Sentaros una a cada lado, vamos a ver una peli porno, jajaja.

-Mientras el maricón de tu marido se la chupa al cornudo, tú se la chuparas a él.

-Empezad.

Y cuando estaban en la tarea, le indique con la cabeza a Olga que ahora le tocaba a ella, y no hizo falta explicación para saber que tenía que hacer, porque el único culo disponible era el del maricón, y no sin trabajo se la metió de golpe.

-Uf, este culo está muy follado SEÑOR.

Eso era algo que ya daba por sentado, ademas el muy maricón estaba empalmado y acompasaba los pollazos que le daba Olga, con la boca de su mujer.

Mientras yo tenía una mano en cada coño, y las iba masturbando.

En un momento solo se oían gemidos, menos Andrea que solo chupaba, y yo, que ya estaba saciado el resto estaban gimiendo y gritando de placer.

Veía al cornudo haciendo verdaderos esfuerzos para no correrse…

-Podéis correros.

Y nunca había visto tanta compenetración, porque los cinco a la vez se corrieron, MI PERRA y su madre me dejaron las manos empapada, que se las lleve a la boca para que se limpiara.

Mientras veía como a la sirvienta se le caía la corrida de su marido por la comisura de la boca.

Olga se salió del maricón y se dejó caer en el suelo derrengada de cansancio y placer, mientras el maricón le dejaba al cornudo la polla limpia.

-No quiero el suelo sucio sirvienta, a ti se te ha caído y tú lo limpias.

-Cómele el coño a la sirvienta que se lo ha ganado OLGA.

Y está ...