1. Bendito Instagram (Parte 2)


    Fecha: 23/07/2025, Categorías: Gays Autor: elqueteamamucho, Fuente: CuentoRelatos

    Gerardo me dijo que no diría nada, que todo quedaba entre nosotros; yo estaba muy nervioso pero ya estaba ahí, con él sin toalla, con la verga semiparada ¿Cómo la tenía? Seguramente se lo están preguntando. Gerardo mide 1,82, es de tez morena clara (más claro que moreno), hizo un poco de gym hace tiempo y los brazos hermosos semimarcados que tiene, son lo que enmarca su cuerpo delgado, además. Su zona púbica es recortada, si bien no se rasura completamente se ve que mantiene el pasto bien podado en ese camino. Nunca me imaginé que la tendría así; su pene es moreno claro, grueso, no es nada delgado como pensé, bien dicen que flaco desnalgado, vergón asegurado. Comienza grueso desde el tronco, y unos 17 centímetros después comienza su cabeza peniana, medio descubierta cuando está semiparada, es color tirando a rosa claro y de un gran tamaño, ovalada como si tuviera a propósito la forma perfecta para dar las estocadas que tanto nos gustan.
    
    Gerardo se acercó y me dijo, jálamela, sin titubear y ya metido en esa situación, se la agarré sin miedo, estaba caliente, muy caliente... lo miré como cuando miran en las películas porno antes de darle la mamada de su vida. Me dijo que no tardara porque pronto estarían llamándolo para la fiesta. Me lo metí a la boca, no se la jalé y me dijo, órale primo tu no te andas con mamadas, síguele pues. Ya la había mamado muchas veces antes, no me iba a impresionar esta vez. Me metí primero la cabeza a la boca, vi como hizo su cara hacia arriba, ...
    ... se tiró por completo a la cama, se terminó de quitar el bóxer y se puso una almohada en la cara; comencé a reirme al tiempo de preguntarle si algo estaba mal, y me dijo que no preguntara más y que terminara lo que empecé.
    
    Acariciaba sus bolas semipeludas mientras se la mamaba con mucha delicadeza, comenzando desde la cabeza hasta el tronco; sí me entraba toda y en momentos sentía arcadas en la garganta; posteriormente él mismo comenzó a empujarme la cabeza para que me la comiera toda. A la mitad de la mamada, abrió las piernas y me las puso en la espalda, me bajó la cabeza a sus testículos y comencé a lamerlos; se retorcía a tal grado que comenzó a chaquetearse, se descubrió la cara y me dijo, ¿Seguro que nunca te han cogido? y le reiteré que no, volvió a ponerse la almohada en la cara y a gemir como un loco. Yo me metía sus testículos a la boca y dentro movía la lengua de forma circular, como si chupara un dulce delicioso. El olor era mínimo, pero olía a hombre, olía a él, a eso que siempre me había imaginado. No podía creer que el sueño de mi vida se estaba haciendo por fin realidad. Mientras él mismo se la jalaba, yo comencé a besarle las piernas, la entrepierna la lamía como si mi deseo fuera quitarle todo el sabor que tenía; me dijo que estaba cerca y le dije que yo quería ser el que lo hiciera venir.
    
    Me dijo "estás loco, primo" (no somos primos, pero así se dicen entre los heterosexuales; asumía que ahora era yo su "bro"). Le quité la mano, y me metí su pene en la ...
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