1. Mi confesión (I)


    Fecha: 11/08/2025, Categorías: Infidelidad Autor: dromo, Fuente: CuentoRelatos

    Contiene fantasías sobre ser cornudo, violación y demasiada introspección.
    
    Siempre me ha invadido un sentimiento de culpa. Una dulce sombra que me acecha desde niño, donde me guarezco. Es la realidad que tomo intrépida para subvertirla.
    
    Siempre he sido un ser patético. De crío el matoneo era pan de cada día: patadas, golpes, zancadillas y burlas por mi rotacismo. Esto siguió hasta mi agridulce adolescencia, cuando fui más consciente de mi condición.
    
    En el bachillerato tuve algún que otro interés romántico, pero ninguno se concretó por inseguridad mía. Recuerdo cuando acepté de mala gana salir con unos compañeros de clase a una suerte de restaurante-bar. En la noche citadina, ellos pidieron cocteles y yo eso más un tentempié sofisticado. Frente a mí estaba uno de esos fugaces intereses.
    
    Danna era una chica tímida, algo regordeta y no muy atractiva, pero dulce. Mis nervios me impidieron entablar conversación con ellos y mucho menos con Danna. Estaban en otro mundo; uno feliz, conectando.
    
    Danna terminó saliendo con Esteban, el hijo de abogados con nariz de gancho y un buen futuro. No me bastó vencerlo en los exámenes estandarizados ni en el rendimiento académico: él siempre fue más feliz que yo.
    
    Alguien de mi bajo linaje terminó labrando camino en la Escuela de Leyes. Pero continué sintiéndome ajeno a los equilibrados y risueños estudiantes de élite. Terminé transformando mi complejo de inferioridad en un fetiche por el cuerno consentido. Pero aquí lo ...
    ... gracioso, ¡esto sin nunca haber tenido pareja!
    
    Pero pronto vino Sofía. La conocí en la misa en latín a la que asisto. Yendo a comulgar, me topé de improviso con ese gentil y delicado rostro, y unos ojos negros penetrantes que parecían tragarme debajo de ese velo.
    
    Congeniamos pronto al asistir juntos y rezar el rosario cada cuanto. Tras unos meses se convirtió en mi amada.
    
    Siempre hemos sido bastante recatados al tener en cuenta nuestras creencias. Pero el gusanillo seguía dentro de mí. Me la imaginaba saliendo con otros hombres a mis espaldas, siendo una traviesa por los callejones de esta Sodoma.
    
    Ella vivía sola en un lujoso apartaestudio. Perfecto para mi perversa imaginación: invitaba a algún compañero de carrera, más fuerte y con mejor apellido que yo.
    
    Ambos, en el sofá de la minúscula sala, comienzan a ojear manuales de anatomía, tratados y apuntes. Llegan a los músculos, y el chico pijo decide repasar la materia con mi novia.
    
    El Adonis inventado comienza a pasarle sus venosas manos por sus piernas cubiertas por la larga falda. Sofía le reclama, pero el chico ignora su protesta y la besa sin parar mientes. La agarra de la nuca y muerde sus finos labios. Ella se resiste y esto empeora todo. El compañero empuja su lengua hasta el fondo de su boca hasta ceder. Tiene la mirada vacía, mientras él invade cada rincón.
    
    Baja su mano y examina sus curvas. Aprieta su fina cintura, sus nalgas y sube para agarrarle un pecho. Siguen así por unos minutos hasta que se ...
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