1. Recompensa para puta adolescente en aprietos


    Fecha: 11/08/2025, Categorías: Sexo Interracial Autor: askd123, Fuente: CuentoRelatos

    Nuestra protagonista es Laura, una joven de 18 años que es lo que vos y yo conocemos como una puta.
    
    Es que es así y no es por insultar, ella misma lo reconoce y disfruta serlo.
    
    Estatura de 1,65 m; rubia con el cabello desgreñado y hasta los hombros, penetrantes ojos azules bien grandes, piel blanquita, tetas grandes y firmes, cintura pequeña y un culazo que se complementa con tremendas caderas. Un bombón que sabía de su condición.
    
    A las malas aprendió que fue una pésima idea abandonar los estudios, fugarse de su casa familiar con un novio al que no quería y al que terminó poniendo los cuernos. Tras ser descubierta, él la dejó tirada en el departamento en el que vivían.
    
    Ella, ahí se dio cuenta que hasta ese momento, había sido una completa buena para nada, más que para el sexo. Lo disfrutaba muchísimo y vaya que no se guardaba nada.
    
    Pero la situación era compleja, ella debía juntar dinero para pagar el alquiler, la comida, los servicios; todo lo que su ex hacía por ella.
    
    Buscar trabajo fue la primera opción, pero ninguno la convencía. Aparte de tener pocas habilidades, quería ponerse selectiva. Eso no una a funcionar.
    
    Una noche, entre cigarrillos y pensamientos sueltos, se le ocurrió que si por puta se había metido en aprietos, por puta podría encontrar una solución.
    
    Salir a la calle y pararse en una esquina a ofrecer sus encantos le parecía demasiado, así que la idea de hacer realidad una de sus fantasías y sacar rédito de ello, sonaba ...
    ... perfecta.
    
    Entró a un foro de porno y citó a todos los que estuviesen con ganas, a pasar por el baño de una estación de servicio abandonada al costado de la carretera que sale de la ciudad. Allí, haría uso de los dos cubículos que quedan en pie, haría un agujero en la pared por donde los afortunados meterían el pito y ella los haría gozar. Obviamente que todo por un precio.
    
    Entendió que no estaba en condiciones de seguir siendo exigente y decidió que si sería puta, también sería barata –también le excitaba la idea de sentirse sucia y como una total cualquiera– por lo que fijó un precio estándar para lo que sea que ocurra en ese "gloryhole".
    
    Llegó el día. A las 10 de la mañana –temprano para ella– Laura se ubicó en el cubículo y esperó al primer cliente.
    
    Escuchó que se abría la puerta, no hubo intercambio de palabras, nada. El hombre metió por el agujero el dinero, luego el pene.
    
    Nada del otro mundo, tamaño regular, Laura estaba entusiasmada pero no tanto. Una paja, unos instantes de chupada y en dos minutos, Laura ya estaba tragándole la leche al primero de la jornada.
    
    Así pasaron horas, ni ella sabe cuantas. Ninguno la entusiasmaba demasiado, todos eran tamaños regulares o pequeños que duraban poco tiempo, ella se dejaba eyacular en la cara o en las tetas, algunos simplemente caían al suelo.
    
    Lo importante era que estaba recaudando bien. Ya iban como 35, era un éxito rotundo.
    
    Ya cuando atardecía y Laura se predisponía a dejar su "oficina", escucha que otro hombre ...
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