Mi suegra recibió su merecido por el culo
Fecha: 15/08/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos
—Florencia, es muy claro que Sergio no es un hombre para vos. Llevan 6 años juntos y no han progresado nada, siguen alquilando esta casa, ni siquiera han podido alquilar otra mejor. Todos sus proyectos terminan en fracaso y un gastadero de plata.
—Mamá, no me importa. A Sergio lo amo. Es mi hombre y voy a seguir peleándola junto a él.
—Hija, sos profesional, bonita, tenes un futuro espectacular si lo dejas.
Claro que siempre supe que mi suegra no me quería, pero no imaginaba que iba a ser tan hija de puta de alentarla a Flor para que me deje. Esa mañana, hablaban por teléfono, Flor preparando mi desayuno con el altavoz activado, y yo justo por entrar a la cocina.
Parte era cierto, casi todo. En mi negocio, las cosas no salían como lo esperado. Una nueva crisis económica en nuestro país, el Covid y su desastre económico, y la crisis que seguía, no dejaba que me asiente. De allí, todas las peripecias que sufríamos.
Yo tenía una fábrica de muebles, sobre todo mesas, sillas, y sillones. Aburrido, una tarde en el negocio, mirando Youtube, conocí dos técnicas a fondo. Hice un pequeño estudio de mercado y sorpresa, nadie hacía cosas empleándolas.
“Vamos a fracasar de nuevo, pero con ganas” Pensé cuando compre materiales para hacer un par de mesas. Con un empleado nos pusimos a trabajar y dos días después teníamos listas dos mesas, un espaldar de cama, y tres mesas ratonas. Todas con distintas técnicas.
Saque fotos, un amigo me dio una mano para hacer una ...
... estrategia de ventas por Instagram y un sitio de ventas. Para mi grata sorpresa, en una semana, se había vendido todo, obteniendo una ganancia del 150%. Compre más materiales hice más cosas y todo se vendió en solo 3 días, y tenía encargos para estar ocupado por lo menos 4 semanas.
No le dije nada a Flor. Cuando establecí fehacientemente la cantidad que podía producir, empecé a retirar plata del negocio. Por fin lo podía hacer. Fui juntándola para por fin, poder hacer un viaje de fin de semana a una playa que Flor adora.
La tarde cuando estaba decidido a contarle todo a Flor, llegué a casa y me encontré con la “grata presencia” de mi suegra.
—Hola amor. Me saludó Flor con cara de fastidio por la presencia de su madre.
—Flor, mi amor. ¿Cómo estás?
—Bien, mamá vino de visita, se va a quedar unos días.
—Que bueno. Dije sarcásticamente.
Hola Teresa, ¿cómo le va?
—Hola. Fue su respuesta con cara de odio.
No era una mujer fea, tenía cerca de 50 años, buenos pechos y cola, rellenita y labios carnosos.
A la noche, mientras lavaban los platos en la cocina, escuche que le decía a Flor.
—No sé como lo soportas. Llega todo sucio, tenes que lavar su ropa maloliente, no te entiendo.
—Basta mamá. Si así vas a estar, andate. Por favor.
—Me estas echando.
—Si seguís hablando así, Sí.
La mañana siguiente se fue. Era sábado, y solo fui al negocio para ver si habían entrado pedidos. No lo pude creer cuando vi un mail, donde me pedían una reunión, por la ...