Mi primo, el doctor (parte 2)
Fecha: 24/08/2025,
Categorías:
Gays
Autor: intps24, Fuente: CuentoRelatos
... completo. Yo grité de dolor y placer. Mi primo se enderezo un poco y comenzó a darme duro. El mete y saca fue de un buen rato. Sus embestidas eran fuertes y con sus manos me empujaba de la cintura hacia él.
Después la sacó por un momento, me abrazó fuerte y me giró para ponerme en cuatro y volver a penetrarme. Sus manos empujaban mi espalda hacia abajo y yo levantaba mi culo para acercarme más a él y apretarlo. Los dos gemíamos y jadeábamos. Estábamos sudando mucho. Me jalaba del cabello y me daba duro.
Ahora era mi turno. Me quité y se sorprendió, creo que no lo esperaba. Volteé a verlo, lo miré fijamente a los ojos, me veía sin saber qué seguía. Yo sólo sonreí con picardía y lo empujé a la cama, dejándolo boca arriba para poder sentarme sobre él. Así lo hice y empecé a cabalgarlo. Me metí su verga rápido y él con sus manos me apretó fuerte la cintura y me dio unas nalgadas mientras yo seguía rebotando y gimiendo. Alfredo riéndose me dijo: “oye sí eres una putita eee”. Yo me incliné hacia él para callarlo con unos besos y le contesté: “pero bien que te está gustando”. A lo que los dos nos reímos.
En eso, levanté un poco mis rodillas, sin sacar su verga dentro de mí, para poder quedar en cuclillas sobre mi primo y que así me entrara más y ambos sintiéramos más placer. Puesto así comencé a flexionar un poco más mis piernas, subiendo y bajando. Con mis manos estiré las suyas detrás de su cabeza para ya no dejarlo que me tocara. Él solo contemplaba con sus ojos cómo ...
... yo, su primito consentido, escurriéndome el sudor en mi cuerpo lampiño, me deleitaba con su verga que entraba y salía de mi culo. Y yo, podía verlo a él, con su cuerpo de dios griego, fuerte y musculoso, jadeando de placer debajo de mí. En eso me gritó: “me vengo!”. Y sus manos se soltaron de las mías y se fueron a mi cintura, intentando detenerme. Yo apretaba su pecho y me impulsaba a la vez, para no dejar de brincarle. Y mientras sentí como varios disparos de leche me llenaron por dentro. Mi primo torcía los ojos y jadeaba. Verlo así me excito todavía más y quité mis manos de su pecho porque sentí que ya iba terminar también yo. Él se dio cuenta y comenzó a jalármela fuerte y me vine entre sus manos. Mi semen cayó en su abdomen y en su pecho, y un poco llegó hasta su cuello.
Cuando nos pasó el éxtasis, nos miramos fijamente con complicidad. Yo todavía tenía su pene adentro de mí. Me incliné hacia mi primo para limpiarle su cuello y su pecho con mi lengua, y cuando terminé el me levantó el rostro y nos fundimos en un beso y nos abrazamos.
Después de un rato, acostado ya sobre su pecho y acariciándonos mientras nos reponíamos, volteé a verlo y le pregunté: “les vas a decir a mis papás que ya me curaste?”. Él me regaló la sonrisa más hermosa que le he visto y me contestó: “es que todavía no te curas, yo creo que el tratamiento va tener que repetirse”. Yo respondí riéndome también y me preguntó “o no te gustó nada, ¿que ya no vas a querer?” y le contesté: “ay doctorcito, ...