-
Lágrimas de amor entre hermanos
Fecha: 29/08/2025, Categorías: Incesto Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos
El relato que os traigo hoy es una historia de un deseo entre hermanos, de sexo prohibido. Comenzaré contando que casi todos los viernes mi hermana pequeña hace una pequeña fiesta en mi casa, aprovechando que mis padres suelen ir a la ópera o al teatro, sabe muy bien que hasta la madrugada no suelen llegar nunca, tiempo suficiente para reunirse con dos o tres amigas a veces solas, a veces con sus novios y cuando esto suele suceder juegan a las cartas o cualquier otro juego de mesa mientras cenan unas pizzas antes de irse de marcha, pero aquel día la cosa cambio, el juego de roll al que estaban jugando se les fue un poco de las manos, quizás estaba todo amañado desde un principio, quizás no lo sé, lo que si sé de seguro es que ella no sabía que estaba en casa a esas horas, pero aquella noche tenía demasiado que hacer, demasiado que estudiar. El juego les llevo por unos derroteros, digamos que algo subidos de tono en los que tenían que hacer una serie de pruebas, pagar prendas y cosas por el estilo, seguro que todos vosotros habéis jugado a algo parecido en algún momento u otro y como podéis imaginar, primero vinieron las pruebas inocentes, besos castos, caricias, luego llegaron las prendas, un zapato, unos pantalones, una blusa, se iban excitando cada vez más, hasta que al final terminaron quitándose poco a poco la ropa y empezó una verdadera orgía en el salón de mis padres con mi querida hermana como protagonista y anfitriona. Así a grosso modo es lo que paso y por ...
... suerte, yo tenía la presentación de un trabajo aquella semana, así que ese viernes me quede estudiando en casa, mi hermana tan siquiera había reparado en mí cuando llegaron a casa y al cabo de una hora al notar tantas risas me acerque al salón con la intención de asumir el rol de hermano mayor, de un adulto que les dijera que bajaran la voz para no molestar a los vecinos, pero la realidad fue otra, al llegar y antes de abrir la puerta oí su risa, sabía que era la risa de Lara, no sé por qué mire como un ladrón por el quicio de la puerta y empecé a espiarles, empecé a mirar a mi hermana, sus gestos, su cuerpo semidesnudo, como movía la cabeza meneando su larga melena echándola hacia atrás, su risa que iluminaba el salón entero, su figura cuando se quitó toda la ropa salvo unas braguitas minúsculas y el sujetador, calentando tanto a su novio como a sus amigos que a pesar de estar con sus novias no dudaban en mirarla. Mi nombre es Alberto y tengo 24 años, sé que como hermano mayor tuve que cortar aquello de raíz, pero no pude, yo caí quizás el que más en su red, estaba tremendamente caliente, notaba como mi pene se elevaba, no podía dejar de mirarla, no sabía que me estaba pasando, era como si mi hermana hubiera soltado todas sus feromonas y nos hubiera hipnotizado a los cuatro, era la reina, la sacerdotisa y sus amigas sus más fieles seguidoras, sentía envidia de no poder participar en aquella locura, pero me quede sin hacer nada mientras tocaba mi miembro por encima de mis ...