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Trío salvaje con mi hermana y mi cuñado (parte II)
Fecha: 29/08/2025, Categorías: Incesto Autor: Martina Paz, Fuente: CuentoRelatos
No sé cuánto tiempo duró mi ataque de histeria, pero cuando me calmé, mi hermana y mi cuñado estaban cogiendo en el sillón. Él sentado, y ella cabalgándole la pija con sus ojos de fuego clavados en mí. No podía creer lo que veía. Sentía el corazón destrozado, la cabeza revuelta, pero la concha me ardía como nunca jamás me había pasado. Caminé despacio y me ubiqué de frente a ellos. La mirada desafiante de mi hermana me enloquecía. Le acaricié la cara, algo que duró apenas un instante, ya que se llevó mis dedos a su boca y los chupó con gran maestría sin dejar de cabalgar. Con mi mano libre le acaricié y le apreté sus hermosas tetas, tan similares a las mías, mientras ella comenzó a masajearme la concha. El placer que me estaba dando es indescriptible. De repente dejó de cabalgar y de un salto se paró junto a mí. Sabía lo que quería. Sin dudarlo monté la pija de mi cuñado, quedando frente a frente, para estallar de placer. Al sentir esa hermosa pija adentro mío, un orgasmo me sacudió entera. Mi hermana tuvo que sostenerme por atrás, sino me caía de espaldas. Sentía sus pechos duros en mi espalda y sus manos apretándome los míos con fuerza. Me encontré con los ojos de mi cuñado y nos besamos apasionadamente. Comencé a cabalgarlo cada vez con más fuerza. Luego de diez o quince minutos dejando la vida en esa cogida, sentí como acabó adentro de mí. Mi concha se empapó de esa leche que parecía hervir. Me senté en su falda y noté como la pija seguía igual de grande y dura. Mi ...
... hermana se arrodilló y empezó a chuparla. Iba de un lado a otro, de su pija a mi concha, tomándose es coctel de jugos calientes. Acabé de nuevo. Mi hermana se sentó también en la falda de mi cuñado. Nuestros cuerpos parecían solo uno. Nos besamos los tres apasionadamente, sudados y con muchas ganas de seguir. No recuerdo en que momento me quedé dormida. Y menos aun cuando me llevaron a la cama. Desperté boca abajo, con mi culito levantado y mi cuñado dándome a puro ritmo por la concha. La sensación de despertar con una pija adentro es indescriptible. ¿Me estaba violando? Sí, y me encantó. Busqué con la mirada hacia los costados a mi hermana, pero no la vi. Estaba detrás mío, chupando la pija de su novio cada vez que él la sacaba de adentro mío. Era como si su pija fuese una cuchara, mi concha el más sabroso dulce de leche y mi hermana la afortunada que podía disfrutar de ese manjar. Ella fue quien notó que había despertado. Se acercó hacia mí y se sentó al frente. Su hermosa conchita, chiquita y rosada, quedó hermosamente expuesta ante mi cara. No pude resistirme y empecé a chupar. Primero suave, con besos tiernos y lengüetazos juguetones. Cuando comencé a hacerlo con más ímpetu, tomó una de mis manos y ella misma introdujo mis dedos en su concha. De a ratos los llevaba a su boca y los chupaba, mientras mi cuñado seguía en lo suyo, cada vez con más intensidad. Estábamos los tres envueltos en un gran éxtasis, cuando mi hermana me preguntó que si alguna vez me habían hecho ...