1. Trío con DP en el gym


    Fecha: 07/09/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Tus Relatos Autor: Santi, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X


    Mi esposa y yo íbamos con frecuencia a un gimnasio, por lo general juntos. Nos ha gustado sobre todo estar saludables. En alguna oportunidad, fuimos tarde a entrenar y terminamos siendo los últimos en el gimnasio. El entrenador cerró la puerta y empezó a recoger discos y a ordenar un poco mientras terminábamos de hacer ejercicio. Una vez terminamos nuestra rutina, fuimos a las duchas, nos aseamos y nos vestimos, también con ropa deportiva. Al salir de las duchas tuvimos que esperar, porque el entrenador también se estaba bañando. Mientras tanto mi esposa empezó a probar una máquina que todavía no había usado, mientras tanto, yo, a cierta distancia, tomé una mancuerna, mientras hacía tiempo. El entrenador salió en toalla y se disculpó por hacernos esperar. Al ver que mi esposa estaba usando mal la máquina se acercó a ella para indicarle cómo hacerlo. Desde hacía algún tiempo yo sí había notado cómo el entrenador se quedaba mirándole las nalgas a mi esposa. Y cómo no, si es que ese culote no puede pasar inadvertido. Cuando se acercó a ella desde atrás, para enseñarle a usar la máquina,  vi cómo a través de la toalla le frotó su paquete en las nalgas. Ella se asustó un poco y me miró preocupada por mi reacción. La verdad, es que el tipo tampoco le era indiferente. También me había percatado de las miradas que ella dirigía disimuladamente a su entrepierna. Es un hombre de unos 35 años, blanco, y con un cuerpo muy bien trabajado. Yo la miré, pero le solté una sonrisa cómplice, ...
    ... gesto del que también se percató el entrenador. Ella se tranquilizó un poco. 
    Mientras el entrenador la agarraba por la cadera y le indicaba el ejercicio, su pene se marcaba aun mas bajo la toalla y mi esposa se notaba cada vez mas excitada. Mi prioridad número uno, es que mi esposa sienta placer y si eso supone tener que compartirla, no tengo problema. Me acerqué a ella de frente, y sin mediar palabra, empecé a besarla. Ella me correspondió con besos muy intensos. El entrenador dejó caer su toalla, y dejó al descubierto su pene erecto de unos 18 cm, bastante proporcionado y sus alrededores totalmente rasurados, justo como le gusta a mi esposa. Mientras mi esposa y yo nos besábamos, el entrenador no perdió tiempo y empezó a bajar los leggins y las tangas. De rodillas, aquel afortunado hombre, quedo de frente al hermoso culo de mi esposa, al que seguramente le dedicó muchas pajas. Abrió las nalgas y tuvo una vista privilegiada de su ano y su vulva. Empezó a lamer todo en su conjunto. Mi esposa emitía unos pequeños gemidos de placer. Y si hay algo que me excite a mi, es verla excitada a ella. 
    Le quité el top y empecé a chupar sus tetas mientras el entrenador le lamía el ano.  Rápidamente me desnudé. Mi pene estaba completamente erecto y húmedo. El entrenador se retiró por un instante y apareció con una colchoneta. La tiró al piso. Yo me acosté boca arriba y mi esposa se me montó encima. Agarro mi pene y lo dirigió a su vagina, no sin antes frotar un poco mi glande contra su ...
«12»