DEMASIADO GUSTO POR LOS HOMBRES - Relatos Eróticos

DEMASIADO GUSTO POR LOS HOMBRES

Confieso que me gusta mucho el sexo, demasiado tal vez, toda la semana paso pensando en ello y pajeándome a cada rato, no puedo evitarlo. Estuve casado, pero mi mujer me dejó porque la engañaba cada vez que podía. Hace cosa de un mes, en el trabajo un compañero me hizo una broma, al pasar me tocó la entrepierna apretando mi paquete, luego se río y se fue, según me enteré después fue una apuesta con otro compañero para ver si era capaz de tocarle el paquete a los colegas de trabajo. Esa pequeña broma me dejó pensando en algo que no me había planteado anteriormente, el sexo gay, no me considero conservador en absoluto, y conozco gente gay, pero no me había planteado eso como posibilidad. Le di vueltas al asunto por varios días, hasta que me decidí y una tarde me metí en un cine porno gay de la ciudad, aquella tarde fue increíble, aunque yo no participé de ningún encuentro, me pajeé mucho mirando todo lo que ahí ocurría y fue muy morboso, ver como dos hombres chupaban a otro, más allá sin ningún pudor otro hombre se sentaba sobre un macho introduciendo la verga dura, erecta completamente en su culo mientras gemían. Nadie prestaba atención a la película, todo era gemidos, vergas, machos prácticamente empelotas caminando por la sala del cine mostrando su pene duro y metiéndolo en bocas hambrientas, los asientos estaban pegajosos de semen, el piso resbaladizo, a mi lado un chico de no más de 18 años tragaba y tragaba verga, vi como el hombre acababa en su boca, le escurría leche de ...

... hombre por los labios, el hombre se retiró y el chico recibió a otro que esperaba turno. Estaba muy caliente, me saqué la camisa y  bajé mis pantalones mientras me pajeaba por tercera vez, le lancé mi leche a la cara del chico que sonrío y gimió mientras se comía la verga de un nuevo hombre.
Así fue como a la tercera vez que me interné en la oscura sala de aquel cine, me lancé a la aventura, dejé de lado mis aprehensiones y me dejé llevar por la situación. La lujuria se palpaba en cada respiración cada mano que tocaba un culo, cada boca que mordía otra boca, cada gemido, cada paso de macho exhibiendo la verga dura. Me saqué la camisa y el pantalón dejándolo sobre el asiento, en calzoncillos y con la verga afuera caminé por los pasillos, no pasó mucho tiempo en tener a un hombre colgado de mi palo duro tratando de extraer todo su néctar, otro me abrazaba e intentaba besar, lo dejé y mis labios fueron devorados por esa boca apetitosa, me corrí en la boca del hombre, que limpió mi verga con su lengua, con el otro hombre seguimos besándonos y mi verga volvió a endurecerse, el macho me hizo saber que quería que yo chupara su verga dudé por un instante, pero estaba dispuesto a dejarme llevar por el placer, así es que me senté y engullí su pene, era mi primera vez, traté de hacerlo lo mejor que pude y lo disfruté mucho, él se corrió en mi boca justo cuando yo me corría por segunda vez, saboreé el semen no me desagradó en absoluto así es que sin pensarlo dos veces me tragué todo lo ...