DEMASIADO GUSTO POR LOS HOMBRES - Relatos Eróticos

DEMASIADO GUSTO POR LOS HOMBRES

... que pude. Me levanté  y seguí caminado por el pasillo, en un rincón había un grupo de hombres al que me uní, al poco rato estaba siendo manoseado por todas partes, mi boca trataba de meterse dos vergas a la vez, alguien me levantó y me puso con el culo dispuesto para ser follado, tampoco me di tiempo para grandes pensamientos o disquisiciones si debía aceptar o no, lo único que hice fue separar con mis manos mis nalgas todo lo que podía para que entrara con la menor dificultad aquel pedazo de carne dura que golpeaba contra mis nalgas, dolió al entrar, intenté zafar, pero mi calentura y mi deseo de explorar todas mis posibilidades me hicieron seguir tratando de comerme esa verga, al final lo tuve todo dentro mío, alguien se puso sentado en el suelo de tal forma que me chupaba mi pene mientras era penetrado por otro y mi boca se llenaba con otra verga. Fueron corriéndose los hombres, los primeros fueron los que chupaba, el semen inundó mi garganta, pero otra cantidad fue a dar al suelo, luego sentí como me llenaba el culo el otro hombre y finalmente yo mismo en la boca del tipo que estaba sentado en el suelo. Me incorporé, tenía la cara y la boca con restos de leche y en mis nalgas también.
Llegué hasta mi asiento y me dejé caer, estaba cansado, pero caliente, alguien se sentó a mi lado y en menos de un segundo se puso a chupar mi verga que respondió casi al instante, mientras me chupaba hice señas a un hombre algo mayor que se encontraba mirando la escena y pajeándose, le ...

... agarré su verga y me la eché a la boca hasta hacerlo correrse entre gemidos, me bebí toda su leche muy sabrosa, el tipo que me estaba chupando a mí se sentó en mi verga y de un empujón se la tragó toda entre las nalgas, me moví como loco hasta correrme en su culo, luego el tipo desapareció en la oscuridad.
Sin ponerme la ropa me dirigí al baño para  mear, había un tipo gordo que estaba de rodillas mamando un verga de un señor mayor, el gordo me agarró la verga y se la metió a la boca, yo comencé a pajear al anciano, pero tenía ganas de mear y el gordo no permitía que le sacar mi pene de la boca, no resistí las ganas y comencé a mearle en la boca, para mi sorpresa el gordo se tomaba mis meados como si fuera una cerveza, eso me calentó más aún cuando terminé de mear en la boca del hombre seguí metiendo mi verga en su boca hasta correrme, de paso hice que el anciano se corriera en mi mano, me llevé el semen del viejo a mi boca y trague todo lo que pude, delicioso.
Ya no podía más había pasado toda la tarde en ese cine, miré el reloj y era cerca de medianoche, así es que medio me puse el pantalón y la camisa y salí a la calle, llevaba aún la cara y el pelo con restos de semen y el pantalón manchado en la parte del culo por el semen que se escurría de mis nalgas. Caminé hacia mi departamento cuando al cruzar una calle cerca de unos árboles vi a un hombre meando, pensé en seguir de largo, pero mi naturaleza recién descubierta me ganó la jugada así es que me acerqué al hombre se ...