IRYNA, LA RUSA
Fecha: 09/11/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues
... Ella despertaba en mí un instinto paternal, tal vez por la reciente partida de mi hija, además tenía una voz muy suave que me ablandaba el corazón. Casi de casualidad surgió un vínculo entre nosotros, como ella vivía sola, era mujer y no sabía nada del hogar, siempre venía a buscarme por algún problema, la vida me había enseñado un poco de todo, así que era carpintero, albañil, electricista, pintor, plomero y todo oficio que se requiera en una casa. Mi forma de ver a la joven fue cambiando poco a poco, sin darme cuenta, no se me cruzaba por la cabeza engañar a Ruperta pero ella era una pobre mujer, demasiada ingenua para ver más allá de sus narices, lo cierto es que Iryna parecía pasarla a gusto en mi compañía y mientras yo estaba en su departamento dándole una mano en alguna tarea, ella me contaba sobre su vida, sobre su familia, sobre sus proyectos, sobre sus estudios, siempre me trataba de usted, me decía ‘don Pedro’, río al recordarlo… Así, las brasas fueron ardiendo en mi interior lentamente, sin darme cuenta. Más de una vez, me sorprendía a mi mismo mirando su ropa interior que estaba tirada por cualquier lado, trataba de reprimir mis instintos. Ella siempre usaba polleritas tableadas muy cortitas, demasiado cortitas, por nada en especial, siempre las había usado, eran parte de ella, solo que ahora yo la miraba con otros ojos, las cosas iban cambiando, ahora veía lo que antes no veía. Y tenía una nueva costumbre, dado que Iryna llegaba de la universidad casi al mismo ...
... horario que yo del trabajo, buscaba la forma de llegar unos instantes después que ella de manera de subir los escalones de los tres pisos unos metros tras ella, con la mirada fija en su colita, tratando de ver bajo su pollera. Creo que se daba cuenta de la situación, siempre llegábamos arriba y ella cruzaba una mirada con una pícara sonrisa en los labios Primero de Octubre, estaba arrodillando arreglando un piso, ella recostada en un viejo sillón con una fea remera brillosa y la clásica pollera tableada que casi me dejaba ver la bombacha, mascaba un chicle mientras sus lentes de aumento le permitían leer un libro de estudio, ella me sorprendería mirándola, dejando el libro a un costado entabló un peligroso diálogo, quería saber sobre mi sexualidad, sobre mi vida, sobre mis gustos, que había hecho, que no, que gustos jamás me había dado, justificando sus preguntas en un supuesto trabajo que elaboraba para la facultad. Yo dejé de hacer lo que estaba haciendo, me puse nervioso, tartamudo, transpiraba… le resumí mi vida en pocas palabras, tratando de no ser grosero, entonces ella se acercó a mí y tomando entre si mis manos castigadas por el tiempo me susurró al oído - Si usted quiere, podemos hacer lo que nunca hizo…. Luego me besó profundamente, apasionadamente, dulcemente para agregar: - Pedro, dese el gusto, tome lo que cada día quiere tomar en las escaleras… Iryna se acomodó en el sillón, con las rodillas en el piso y su pecho sobre el mismo, dándome la espalda, me senté en el ...