Me cogí a mis compañeras universitarias - Relatos Eróticos

Me cogí a mis compañeras universitarias

Me cogí a mis compañeras de la universidad. No había resivido tanta atención de las chicas hasta que decidí trasladarme de universidad y conocí a mucha gente nueva. El primer medio año lo pasé sin socializar, solo hablaba con los grupos de trabajo en clase y rara vez cruzaba palabras con otros compañeros. Pensaba repetir lo mismo el siguiente ciclo, pero gracias a uno de mis docentes, caí en un grupo de puras mujeres, era el único hombre y tocaba demostrar que no era el vago, así que me preocupé por destacar. Salió tan bien que llamé la atención no solo de ellas, si no del resto del aula. Eran amigas de mis compañeras de grupo y otras, conocidas de ellas y no tardaron en empezar a conocerme. Se acercaban a hablar y las preguntas me caían también. Pasé de ser entrevistado en aula a ser buscado en los recesos y ambientes de la universidad. Reconocí a las que eran amables y las que eran coquetas. Personalmente no me abro a gente nueva, así que era un poco seco con ellas. No contaba con que eso me haría más interesante...
Todo empezó con una de las coquetas del aula. Sabía que sus comentarios no eran exclusivos, se los decía a la mayoría de chicos y trataba de alejarme por la misma razón. Una vez llegué temprano y la encontré chateando. Me detuve un poco lejos para evitar iniciar una conversación, pero me vio y se acercó para hablar. Fue la primera vez que me movió. Me dejé engatusar por lo que dijo y cuando menos lo imaginé, estábamos hablando de sexo. Insinuó cosas sobre mi ...

... altura y que alguien grande como yo le podría hacer daño si nos descontrolaramos. Me dejó caliente toda la clase. Sé que lo notó, porque nos buscamos al cambio de hora y seguimos la conversación. Siguió con las insinuaciones y le pregunté directamente si quería probar con alguien como yo. Quedamos en vernos después e ir a coger. Conseguimos un cuarto por horas y nos encerramos. La veía insegura, aún así se quitó toda la ropa cuando se sentó en la cama. Estoy seguro que no era nada nuevo para ella. Me jaló del pantalón hacia ella y me sacó la verga. Empezó a chuparla hasta embarrarla por completo de saliva. Me quité también la ropa y se puso de perro. Me acerqué y me detuvo para ponerme un condón. Cuando entré por su vagina, se encorvó un poco. Le pregunté si le dolió. Entre quejidos dijo que faltó un poco de saliva. Le rompí la chucha con todo el movimiento que le dimos. Parecía que se le había salido el interior. Estaba muy inflamada. Se sentó y ya no quiso seguir. Se encerró en la baño de la habitación y tardó varios minutos. Salió porque la llamaron por celular. Tenía novio la desgraciada. Cuando terminó su llamada, le dije que no volverá a pasar y me dijo que si hablaba de lo que pasó, su novio iba a buscarme para meterme un tiro. Me largué lo más rápido que pude.
Después de ese día, como si las estrellas se hubieran alineado, siguieron las oportunidades. La segunda compañera que me cogí fue alta a comparación de la anterior. Pasó una semana desde la anterior y se había ...