Cambio de rol, con mi mujer
Fecha: 10/11/2018,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Hola me llamo Ramón. Soy un hombre de 45 años, dicen que atractivo para mi edad y estoy casado desde hace 15 años con una hermosa mujer Ana. Ella es muy guapa, tiene un cuerpo diez y es muy educada, tranquila, inteligente y elegante. Tiene 36 años y todos mis amigos me envidian porque dicen que es la mujer ideal. En fin esta es mi historia.
Mi mujer y yo mantenemos una buena vida sexual. Estamos abiertos desde siempre a experimentar nuevas cosas, pero siempre entre nosotros. Viendo a mi mujer, mejor dicho conociendola, nadie diria de ella que es tan abierta a la hora del sexo. Es la típica mujer educada, con modales exquisitos, de una templanza única, con la voz sensual tan caracteristica de ella. Eso es algo que muchos de mis amigos me han dicho. -a veces te llamo solo por oir a tu mujer al otro lado del teléfono.
La verdad es que mi mujer tiene un tono de voz precioso.
Tenemos tres preciosas hijas y somos realmente muy felices. En nuestros juegos sexuales cabe de todo, tenemos incluso un armario repleto de juguetes sexuales: disfraces, dildos, vibradores, fustas y esposas...ect. Utilizamos de todo. No hace mucho tiempo mi mujer me dijo que esa noche tenia algo especial para mi. No sabía de que se trataba pero la verdad es que estuve todo el dia pensando en ello. La mayoría de los viernes lo dedicabamos a esos juegos. Asi que después de la cena y de estar un rato con las niñas viendo la televisión, nos fuimos a la cama. Alli mi mujer colocó incienso, puso música ...
... suave y encendió unas velas. Después como la mayoria de las veces tomamos una copa de champán y nos fumamos un cigarrito de la risa. Eso nos relajaba mucho y además nos ponía muy cachondos. En fin que llegado el momneto pregunté a mi mujer por la sorpresa y esta se puso a la faena. Me dijo que la acompañara al baño que tenemos dentro de la habitación. Alli comenzó a maquillarme, lo hizo con esmero. Después me puso unas medias suyas y unos zapatos de tacón de aguja preciosos. Me empecé a reir, pero ella insistia que tenía que confiar en ella. Me colocó una peluca rubia de buena calidad y finalmente unas tetas postizas de latex que a decir verdad daban el pego hasta en el tacto. Me puso un bonito sujetador y finalmente me colocó un vestido de noche sugerente, atrevido. Todo lo había comprado ella. Solemos hacer compras todos los meses a la sexshop en casa. No parabamos de reir, bueno al menos yo. Mi mujer me dijo que me sentara en la mesa tomando una copa como si estuviese esperando una cita y que me metiese en el papel de una mujer de verdad. A veces hasta preparamos guiones pequeñitos. Por momentos pensé que mi mujer iba a cumplir una de mis fantasías, pero conmigo y no era otra que hacerlo dos mujeres a la vez. Se metió en el cuarto de baño y lo único que oía era las bolsas y el ruido de papeles rompiendose. Al cabo de unos veinte minutos mi mujer saliò del cuarto. Iba vestida como un hombre. Con traje y sombrero incluido. Se había puesto un bigote y salió fumando un cigarrillo ...