Mi cambio de sexo y el apoyo de mi esposa - Relatos Eróticos

Mi cambio de sexo y el apoyo de mi esposa

... para mantener mi cavidad vaginal. Me fui a mi casa a platicarle a mi esposa, ya con mi cuerpo y apariencia de mujer, los hombres que me encontraban se detenían a mirarme y lanzarme algún piropo, lo cual me gustaba mucho y lo disfrutaba. Durante ése año, vinieron otras cirugías más como por ejemplo en mi rostro para darme una apariencia más femenina, en mis cuerdas vocales para que mi voz se hiciera delgada, en mis chichis no fue necesario nada ya que solo con las hormonas femeninas había logrado un buen tamaño. Pasado ya el año y ya recuperada totalmente, el doctor me informa que ya puedo ser una mujer a plenitud y en todos los sentidos. Adopté el nombre de SANDRA pues me parecía que era muy femenino y arreglé toda mi situación de carácter legal. Mi esposa me insistía y me animaba a que asistiera a un antro en busca de una conquista y lograr así darle uso por primera vez a mi nueva panocha, me gustaba su propuesta, pero sentía que no era necesario que ya había logrado hacer realidad lo que más anhelaba en la vida y así me sentía satisfecho, pero continuaba insistiendo en su propuesta, aunque la idea me encantaba, sentía muchos nervios, así es que acepté su idea, pero con la condición de que me acompañara, pero se negó y me dice que debía ir yo sola, así es que no me quedó de otra que aceptar. Para ése día, me vestí algo sensual, tangas rosas pequeñas, un pantalón blanco pegadito strech, zapatillas bajitas, pero sexys, brazier rosa y una blusa cafecita de botones, dejando ...

... libre el espacio de mis tetas y así me dirigí al centro nocturno decidida a lograr una conquista. Al estar sentada sola en una mesa con mi copa, muchos hombres no me despegaban la mirada, pero nadie se atrevía a acercarse conmigo, por fin, se acercó el primer hombre, era como de mi edad, delgado, atlético y muy guapo, con su barba y bigote bien arreglado, me preguntó si estaba sola, con una sonrisa le respondí que si, me preguntó que si me podía hacer compañía y le respondí que si de nuevo, se sentó a mi lado, se presentó, le dije mi nombre y estuvimos platicando por un buen rato. Me invitó a bailar, acepté, la música era romántica, me tomó de la cintura y yo de su cuello, aunque era un desconocido, me agradaba su presencia y me hacía sentir maravillas al tenerme en sus brazos. Durante el tiempo que estuvimos juntos bailando, me susurraba palabras al oído diciéndome que estaba hermosa y muy guapa y que le gustaba mucho, de vez en cuando, me daba pequeños besos en mi cuello y mejilla, me encantaba todo lo que me decía y sus pequeños besos también. Empecé a sentir en mi vientre como le empezó a crecer un bulto en su entrepierna y a ponersele duro, me comencé a excitar demasiado con lo que estaba pasando, me sobaba la espalda y en ocasiones sus manos bajaban hasta mis nalgas, yo aceptaba todo lo que me hacía, al notar mi disponibilidad me comenzó a besar con mucha pasión, metía su lengua en mi boca, me dejé llevar y también lo besaba a él. Luego de un rato de agasajo, me invitó a ...