Las fiestas del pueblo
Fecha: 11/11/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: maeve, Fuente: RelatosEróticos
Finales de Julio era la mejor época del año, y no solo por las vacaciones, si no por las fiestas que se celebraban en mi pueblo.
Llegué casi de noche a la casa de mis abuelos, entre los abucheos generales de toda mi familia por haber llegado tan tarde a cenar.
Pese a estar agotada del viaje y haberme acostado tarde no me importó levantarme a las siete de la mañana al día siguiente para ir a ver los encierros con mi grupo de amigos de toda la vida, les había echado de menos.
Me puse unos shorts vaqueros y un top palabra de honor y eché a correr en dirección al campo de futbol que era donde quedábamos siempre. Allí estaban casi todos, Arancha, Gemma, Rocío, Miguel, Fran, Roberto, Pedro y Ángel. En cuanto les alcancé nos fundimos en risas, besos y abrazos.
Para variar el que más pasión le puso fue Miguel. Yo siempre había sospechado que estaba algo colado por mí, sin embargo yo no sentía lo mismo y él lo sabía, por lo que nunca había intentado nada.
-¿Dónde está el resto?- pregunté extrañada ante la ausencia de Marta y Luis.
-¿No has leído los mails?- preguntó Gemma.
-He estado un poco liada.
-No pueden venir. A Gemma le han cambiado las vacaciones a última hora, estaba hecha una furia y Luis desde que se ha casado está desaparecido.
-Él se lo pierde- dijo Ángel echándome su brazo por el hombro y dejándose caer sobre mí – ¿Bueno, nos vamos al encierro o qué? A este ritmo nos lo vamos a perder.
Echamos a andar y nos dirigimos a la calle principal, ...
... que a esas alturas estaba llena de gente, aun así nos apañamos para encontrar un hueco.
Mientras esperábamos comencé una animada charla con Gemma, hacía tiempo que no hablábamos y quería que me contase en primera persona que tal le había ido sentimentalmente durante todo ese tiempo.
-¿Te has dado cuenta que enfrente hay tres tíos que no nos quitan los ojos de encima?- me dijo intentando disimular.
-Sí, y no están nada mal, sobre todo el de la camiseta azul- Mi amiga dio una carcajada y a continuación no le quedó más remedio que darme la razón. El chico de enfrente debía tener veintitantos, moreno, con barba, parecía alto y por lo que podía ver tenía unos brazos fuertes.
A decir verdad le hice poco caso al encierro ya que tanto Gemma como yo nos pasamos el rato tonteando con ellos en la distancia. Eran solo miradas y sonrisas pero ellos nos seguían el juego. Por desgracia todo pasó muy rápido y cuando los toros llegaron a la plaza la gente se dispersó, algunos en dirección a la plaza, otros a los bares de los alrededores para meterse un buen desayuno en el cuerpo. Con pesar observó como el morenazo y su pequeño grupo se perdió entre el tumulto y tanto ella como Gemma hicieron lo mismo con el suyo.
…
Habíamos quedado para tapear en los chiringuitos que había en la Plaza Mayor y después iríamos al concierto que daban esa noche. Miguel me había dicho en algún momento de la mañana quien era el grupo que tocaba, pero se me había olvidado, seguramente no me gustaban ...