Un negro de Buenaventura me rompe en dos - Relatos Eróticos

Un negro de Buenaventura me rompe en dos

... invadí mi boca mezclándose con la mía. Mientras nos besábamos me bajé el short y me quedé solo en bóxer. Mi verga en erección pugnaba por salir. Pero la de él era mucho más impresionante. En su intento de liberarse, su pene había levantado la tela dejando ver dos enormes testículos peludos. Ramón juntó su bulto con el mío mientras me apretaba los pectorales.

Nuestro beso salvaje seguía y hilos de saliva bajaban sobre nuestros cuellos. Ramón levantó mis brazos y probó mis axilas. Daba unos lengüetazos descomunales. Pasaba la lengua sobre una axila y la pasaba después en mi boca. Luego lamía mi otra axila y pasaba su lengua de nuevo en mi boca. Yo ya no tenía voluntad, estaba inerte de placer, apenas estaba de pie. No podía creer que ese machote negro me estaba lamiendo con tanta excitación. Tuve la suficiente presencia de ánimo para probar sus enormes pezones morados. Los tenía durísimos. Eran una delicia. Hice luego lo que siempre había querido : probar las axilas de un hombre negro.

Desde la primera lamida no me decepcionó, aunque andaba el vello un poco recortado. Mi lengua se dio un banquete probando la piel de ese hombre potente. Él lo disfrutaba..., se veía. Luego de un rato Ramón puso sus manos sobre mis hombros y me hizo arrodillar. Acerqué mi cara a ese pedazo de carne que pugnaba por romper el calzoncillo. Percibí un fuerte olor a macho. No pude más y liberé a la bestia... Al bajar el calzoncillo saltó cual semental un largo pene negro, curvo, con cabeza ...

... morada, que florecía desde un pubis de pelo ensortijado tremendamente oloroso.

Empecé a hacerle una felación, pero apenas podía tragar los primeros diez centímetros ! Para ayudarme Ramón flexionó las rodillas e hizo que su pene curvo entrara en toda su longitud en mi garganta. Definitivamente el joven macho sabía usar su herramienta ! Yo tenía arcadas pero no podía sacar su tronco de mi boca porque él lo impedía, tomando mi cabeza y empujándola contra su sexo. Mi garganta al fin se acostumbró y le di la mamada de mi vida. Él sacaba y metía ese largo trozo de carne negra en mi boca, como un preludio de lo que haría con mi culo. Luego de un rato logré separarme. Tenía la boca llena de saliva.

Ramón me levantó y me puso en 4 en su cama. A mi estupefacción me dio una mamada de culo que jamás podré olvidar. La primera vez que un macho me lamía el trasero ! Su lengua perforaba mi ano una y otra vez. Mi pene estaba que estallaba y mis huevos llenos de semen querían sacar su contenido. Otra sorpresa : Ramón así como estaba se puso a mamar mi pene. Con su lengua me dada tremendos lengüetazos sobre el tronco de mi falo y luego, bajando, lamía mis huevos... Se quedaba chupando cada bola. La saboreaba en su boca antes de cubrirla de saliva. Luego seguíó hasta el perineo... terminando su recorrido introduciendo su lengua en mi ano vencido.
- Qué culote sabroso tienes, me dijo mi amante negro, saboreando mi piel.

Ya, con mi hoyo dilatado y ensalivado, y sin pedirme permiso, Ramón ...