No lo pienses demasiado (Parte 15)
Fecha: 14/11/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: Ireneta, Fuente: CuentoRelatos
... entre besos y gemidos, empañando los cristales del coche.
Le quité el mando de la mano y seguí masturbándola.
Carla: Dame el mando...
Irene: No... quiero que te corras tú ahora.
La besé y masturbé más rápidamente, ella movía sus caderas acompañando las penetraciones, hasta que se corrió, soltando un grito y mordiéndome en el labio.
Carla: Uuff lo necesitaba, he disfrutado viéndote toda la noche pero necesitaba esto ya.
Me besaba con mucha delicadeza, se le notaba que había quedado relajada.
Irene: Me encantaría hacértelo toda la noche. Poder recorrer todo tu cuerpo sin tanta ropa y saborearte.
Carla: Hoy no ha podido ser, pero espero que pronto podamos pasar la noche juntas en condiciones, en una cama, sin frío, sin ropa y sin prisas.
Irene: Crees qué podremos hacerlo antes de que acabe el año?
Carla: Te prometo que sí, yo me encargo de prepararlo. Ahora devuélveme el mando.
Irene: Lo del juguetito ha estado muy bien, ha sido divertido y eso, pero si no te importa, ahora prefiero sentirte a ti.
Carla: Lo que tu quieras mi niña.
Se quitó de encima mío y se sentó a mi lado, me pidió que me quitara lo pantalones y me pusiera encima de ella. Mi ropa interior estaba totalmente mojada después de toda la noche jugando conmigo.
Carla: Por lo que veo, has disfrutado esta noche.
Pasaba su mano por encima de mi ropa interior, recorriendo mis labios.
Irene: Así me has tenido...
Aparto a un lado el tanga y tiró de la cuerda de goma para ...
... retirar el huevo vibrador, también empapado por los fluidos. Pasó dos dedos varias veces, recorriendo mi coño completamente, mojándoselos bien para llevárselos a la boca y saborearlos mientras me miraba a los ojos. Sacó lo dedos de su boca y me besó apasionadamente, compartiendo conmigo mi sabor y penetrándome con los dedos que antes estaban en su boca. Mis caderas y mi cuerpo se movían acompañando cada penetración suya, me sentía totalmente necesitada de su contacto. Dejó de besarme y se enganchó a mi cuello como ella sabía que me gustaba, haciendo que la piel se me erizara y haciéndome explotar a los pocos segundos.
Sacó sus dedos de mí y volvió a llevárselos a la boca para después besarme de nuevo.
Irene: Ahora sí...
Carla: Felicidades mi niña.
Me senté a su lado, relajada y feliz de poder estar con ella.
Irene: Te quiero.
Nos quedamos sentadas en el asiento trasero, Carla apoyada en una de las puertas me miraba sonriendo, los cristales totalmente empañados y un calor agradable dentro.
Irene: Qué pasa?
Carla: Te das cuenta que en realidad da igual dónde estemos? Siempre es especial e intenso, por lo menos para mí.
Irene: Para mí también, sólo te necesito a ti.
Subí sus piernas al asiento, le quité los zapatos y el pantalón vaquero bajé una de sus piernas y la otra la dejé arriba, como pude me coloqué entre sus piernas, moviendo mis caderas para rozarnos al tiempo que la besaba.
Irene: Ahora mismo mataría por tener aquel arnés.
Carla: Me ...