1. Dos maduros para mi (17)


    Fecha: 16/11/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Habían pasado dos semanas desde mi salvaje encuentro con la vecina, su marido y su nieto, se lo había contado a Ricardo, el cual se quedó perplejo ante mi relato y aprovechó lo excitante de la historia para echarme un polvo de campeonato. Le dije que tendríamos una cena sexual con ellos y con alguna sorpresa más.
    
    Ricardo me dio que tendría que ser la semana que viene ya que tenía que marcharse a su pueblo ya que un familiar muy allegado está muy mal y se esperaban lo peor. A mí no me gustó su decisión pero me callé ya que su amor por mí no me permitía incomodarle y menos por asuntos de familia.
    
    Ricardo se marchó el jueves por la mañana temprano en nuestro coche, le despedí y yo me fui a trabajar. Fue un día aburrido y además me acordaba muchísimo de Ricardo. Cuando volví a casa me encontré con mi vecina Dolores y su marido Julián, hablamos de que estaba solo y que nuestra cena tendría que esperar a la semana que viene. "Porqué no vienes con nosotros este fin de semana al pueblo?" preguntó Dolores, "Si ven con nosotros y así no estarás solo" siguió Julián. Yo me quedé un rato pensativo, pero al final decidí que sería mejor que quedarse en casa solo todo el fin de semana, "De acuerdo, iré" respondí. "Vale el viernes salimos a las 7 de la tarde, iremos en nuestro coche, además puedes conducir tú y así Julián, no se cansa tanto" dijo Dolores, "OK" finalicé yo.
    
    Llegó el viernes por la tarde, fui a su casa, les ayude con las bolsas, cogímos el coche y nos encaminamos al ...
    ... pueblo de mis vecinos que estaba a unos 120 KM de Madrid en plena sierra de Cuenca. El trayecto fue agradable, recordando nuestra aventura con su nieto y la cena que tendríamos la semana que viene con Ricardo también. Hablamos de su pueblo, que era muy bonito y muy sano, que había caballos, etc...
    
    Llegamos a las 10 de la noche al pueblo, muy rústico y acogedor, subímos a la cas, una pequeña casa de pueblo de dos pisos, con chimenea y calefacción central gracias a una caldera moderna instalada en el pequeño patio trasero. Charlamos un poco y nos fuimos a la cama. Al día siguiente nos levantamos pronto, hacía un día espléndido, mucho sol y apuntaba calor, desayunamos en la cocina, café y huevos recién cogidos, nos vestímos cómodos y salimos a pasear.
    
    Al cabo de dos horas de andar, los tres íbamos sudando ya que el calor apretaba de manera extraña dada la época del año. Julían y yo nos quitamos la camisa, me encantaba ver la barriga y las tetas de Julián, llenas de pelos blancos, era un espectáculo ver ese enorme cuerpo sudando y resoplando. Dolores me miraba con cara de satisfacción, se acercó y me dio un beso con lengua mientras pellizcaba mis pezones, Julián al verlo se empezó a reir y a tocarse su enorme paquete, "ahora no, mujer que nos queda un poco que andar todavía" Dolores le miró y sonrió con dulzura..
    
    Seguímos andando una hora más hasta que llegamos a un paraje maravilloso, era una enorme pradera, con varios álamos y chopos al lado de un pequeño lago de agua ...
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