1. Alicia 04/25


    Fecha: 16/11/2018, Categorías: Hetero Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues

    ... percibiese. Un ratito así hasta que le enjuagué la cabeza para seguir con el cuerpito, creía que le pasaba una esponja enjabonada pero realmente le estaba acariciando cada pulgada de piel, me deleitaba enjuagando cada parte con la mano, sintiendo ese calorcito de su carne que superaba la temperatura del agua, esa tibieza con grados cambiantes según la zona. Fue la primera vez que me entretuve mucho tiempo con sus piecitos, repasaba cada dedo con mucha lentitud, como borrando huellas de pasados caminos tortuosos. Al subir nuevamente me aguardaba el tesoro de su entrepierna, parecía que la situación de tener mi cara a milímetros de su vaginita le resultaba algo embarazosa, por lo que la di vuelta para lavarla desde atrás. En esa posición, agachado detrás de mi Alicia, podía alcanzar todos los puntos de su cuerpito mientras pasaba la cara por sus hombros y cabecita para aspirar esas deliciosas emanaciones. Con la mano abundantemente enjabonada fui repasando esa ranurita que había hecho temblar hace unas horas, ella ayudaba abriendo un poco las piernas para que llegue a mayor profundidad en la acariciante higienización. Su respiración agitada demostraba que mis dedos no eran tan inexpertos como creía, además su colita desnuda y chorreando agua me producía escalofríos que hacían arquear la espalda. Ese arquearse inconscientemente hacía que me arrimase a su colita, zona que mis manos enjabonadas ya querían recorrer, por lo que con una mano me dediqué a masajear esas nalguitas, ...
    ... lentamente pasaba un dedo por la separación entre montículos y apreciaba esas profundidades divinas, era imposible no terminar con el dedo haciendo presión en la zona central, allí donde se hunde el universo y comienzan las estrellas. Con una consulta através de la mirada, ya que no hacíamos menciones explícitas, dejé el dedo en esa zona ya con mi chiquita girando para alcanzar mi creciente carne. Creo que era mutua la urgencia de sentir, ella me enjabonaba el miembro con suavidad mientras mi inquisidor dedo golpeaba las puertas del cielo, quería entrar el pobre y hallar la salvación en esas oscuras profundidades. El movimiento de su manita me producía una erección cada vez mayor, y como adivinándolo, ella reducía la velocidad hasta límites que no me arrojasen en la indefectible explosión. Al final nuestros ritmos cedieron a los gritos hormonales, y lentamente fui introduciendo el dedo, un poquito y sacando, un poquito y sintiendo los bordes sensibles, un poquito más adentro y quedando quieto, no podría describir todas las sensaciones agolpadas. Para descomprimir la situación inminente, le explicaba el funcionamiento reproductor, que de esa puntita sale una cantidad de líquido seminal que fertiliza a una mujer si el órgano está dentro de ella. Estas palabras parece que la animaban en su tarea exploratoria, ya movía la piel y descubría el glande, ya cubría todo emitiendo una sonrisa por la magia que lograban sus dedos. Con palabras suaves le decía que ese movimiento era casi ...
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