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El negro de la playa
Fecha: 09/12/2023, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Rafael, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Mi hotel se encontraba en la playa de Bocagrande en Cartagena. Esa situación me permitía bajar a cualquier hora y pasear de un lado a otro en la playa desierta. Desde mucho Cartagena es una de mis destinaciones favoritas, por la belleza de la ciudad colonial y también, lo debo confesar, por su población negra. Siempre he sentido muchísima atracción por hombres morenos muy masculinos, incluso diría que mas bien primitivos. Donde hay un hombre negro velludo con rasgos duros de haber sido un trabajador incansable, que las condiciones climáticas hayan curtido su piel, no hay otro !... A mi, esos hombres refinados, con su vello rasurado, cejas depiladas y demás no me interesan nada en absoluto. En esa tarde calurosa de enero, cuando el sol comenzaba a bajar y la temperatura era más agradable, aproveché para bajar a la playa un rato, pasear y darme un baño en el ocaso del día. La mayoría de la gente se había marchado ya de la playa y es sumamente agradable. Me encontraba caminando por la orilla. Realmente la playa estaba solitaria, casi era de noche, el calor insoportable, y sin dudarlo me despojé de mis pocas ropas y me sumergí en el cálido mar a disfrutar de su frescura y energía que me daban sus olas. Al salir anduve un poco cerca de donde había dejado mis cosas escurriendo el agua de mi cuerpo y, sin saber de donde salió, un hombretón negro se puso ante mis ojos. Su aspecto físico era como he dicho antes, el de un hombre curtido por las brisas y el sol en largas horas de ...
... trabajo, una buena mata de vello cubría su pecho y zona púbica, y su cuerpo se veía trabajado pero no excesivamente como es corriente en la gente que va al gym. El hombre comenzó a pasear delante de mi, estaba completamente desnudo y le colgaba un buen instrumento de entre sus piernas. No dejaba de mirarme y yo me sentía muy excitado por exactamente aquel prototipo de macho era el que me atraía. No lo dudé un instante, debía tomar la iniciativa en aquel tema antes que se echara a perder. No podía permitirme el lujo de dejar ir esa estupenda ocasión con la playa desierta, entrando en la oscuridad y semejante semental a mi alcance. Me fui hacia la orilla, cerca de donde el se encontraba y mirándolo con descaro fui examinando cada una de las partes de su anatomía. Era un ejemplar bien masculino que le gustaba lo mismo que a mi, y yo iba a dar una satisfacción a su cuerpo y al mío. Mi presa estaba excitada : se tocaba el pene con lujuria y el pollón se le inflamaba cada instante que iba pasando. Yo no me quedaba atrás... Decidí que el ataque debía ser inmediato, no quería jugar más al morbo, y me adelanté a entablar el primer contacto con ese negro plantado. - "Buena tarde hace, verdad ?", dije - "Pues si, ahora es cuando se está bien en la playa... que no hay nadie". Tenía una voz ronca y ruda, pero se denotaba en él algo de ternura. - "Te has bañado ya", preguntó. - "Si, acabo de meterme hasta los muslos... No esta fría, quizas me voy a meter de lleno." - "Pues si ...