TANGAS NEGRAS
Fecha: 17/11/2018,
Categorías:
Fetichismo
Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues
... nombre, deberían estar bordadas con hilo rosa tal cual ella la tenía, y que debería llevarla sin usar para la noche de su ingreso, solo eso. María José fue personalmente a algunas casas de lencería y compró varios modelos, ella se excitó con todo eso, con esa previa, más por la intriga, por la emoción de pertenecer que por lo que era en sí, porque en eso momento no tenía idea de que se trataba, solo le sonaba muy sexi, muy loco, muy transgresor. Ella misma se encargó de bordar en el frente MJSA, María José Sanchez Avellaneda. Cuando esa tarde se la mostró a Sandra y esta le dijo que tendría su noche de iniciación y la interiorizó de detalles, como el lugar, y la hora, María José no cabía en su cuerpo de la emoción que tenía. Ese sábado por la tarde estaba llena de dudas, de preguntas, fue caminando rapidito a la casa de Andrea, una chica de los cursos superiores, que la veía como muy bonita, ya con un envidiable cuerpo de mujer. Andrea la recibió, un tanto parca y fría y le dijo Vos sos la nueva… trajiste lo que tenías que traer? María José asintió tímidamente con la cabeza, entonces fueron a la planta alta, a un altillo donde se enteraría que era el lugar de reuniones del club de las chicas de tangas negras. Ese lugar se le haría familiar, entendería en poco tiempo que Andrea era la mente de todo, quien lo había creado, la que daba las directivas, tenía un par de chicas que la secundaban, pero Andrea era la dueña de un mundo de locuras. Rebelde por naturaleza, como una ...
... yegua indomable, lejos de la vigilia de sus padres, había tomado ese lugar de la casa como un bunker. La joven niña se sintió excitada y asustada al mismo tiempo, pero hizo fuerzas, le había costado mucho ‘ser parte’ y no renunciaría por una simple incertidumbre. Fue Andrea quien tomó la palabra, y le dio la bienvenida, le narró de qué se trataba el club secreto, tuvo que hacer unos juramentos de lealtad, silencio y fidelidad, y al fin se acomodó a un costado, a media sombra, tratando de pasar desapercibida. Ese primer día ella solo pretendía escuchar sin imaginar que se convertiría en centro de atención, se entregó al rito de iniciación cuando Andrea le ordenó que se desnudara desde la cintura hacia abajo, sintió una terrible vergüenza, ella tenía demasiados complejos con sus piernas flacas como alambre, y más cuando la mayoría de las niñas ya empezaban a tener cuerpecitos de mujer, ella ni pechos tenía aun. Hizo caso, la hicieron recostar, la abrieron de piernas, sintió mucho temor, pensó que sería penetrada, pero solamente aplicaron agua y crema sobre su sexo para depilarla por completo. Luego le indicaron que se colocara la tanga negra con sus iniciales, y le explicaron que era obligación de los miembros del club vivir depiladas y usas esas tangas durante todo el día. Ella aceptó con gusto, al fin estaba dentro… En el siguiente mes, María José asistió a cada reunión, siempre depilada y con su prenda íntima que la identificaba como parte del grupo, pronto descubrió que el club ...