TANGAS NEGRAS
Fecha: 17/11/2018,
Categorías:
Fetichismo
Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues
... ordenados de menor a mayor, los cuales se iban engrosando hasta llegar a uno de temibles dimensiones. Entonces se lo dio a María José, y le dijo que sería la primera que los metería en su culo, uno por día de menor a mayor, no importaba como, no importaba el dolor, solo debía estirar pacientemente su esfínter, día a día, empezando por el más pequeño, en la próxima reunión, ella debería mostrar su culo desfigurado y enseñar al resto, como una buena perra como se comía todo el de mayor tamaño. Sandra, aquella amiga que la hizo entrar al club y que también parecía prisionera de la situación le sugirió que no lo hiciera, esto iba demasiado lejos, pero María José y su terquedad no le permitían dar el brazo a torcer y rendirse. Esa fue la peor semana de su vida, cada día al llegar del colegio, solo se encerraba en su cuarto, con un poco de lubricante, sacando el primer juguete para colocárselo en su culito, al principio fue fácil, pero con el correr de los días el trabajo pareció complicarse. Faustino Sanchez Avellaneda era un prestigioso médico del pueblo, hacía tiempo que venía observando raras conductas en su hija, estaba cambiada y para mal, siempre contrariada, siempre de mal carácter, cada vez más encerrada en su mundo, más introvertida, incluso notó algunas marcas de daño físico que asumió que ella misma se provocaba. Siempre había sido una excelente alumna, pero últimamente las casas no andaban bien, aprobaba con lo justo y había recibido quejas del colegio. Su esposa decía ...
... que eran cosas de la edad, pero para Faustino había algo más que berrinches de la adolescencia. Y la última semana había sido peor que de costumbre, pasando demasiado tiempo en su cuarto, él le daba todas las libertades y jamás se metía en su habitación pero la historia iba demasiado lejos. Cuando el doctor decidido atropelló en el cuarto de su hija jamás había imaginado encontrarse con lo que se encontró, a su querida hija en cuclillas, mete y saca un enorme consolador de su culo, María José estaba tan concentrada que no notó la presencia de su padre y no supo si fueron segundos, minutos, horas, días o años que él la estuvo observando, solo supo que un segundo era suficiente para quererse morir… La situación se salió de control, esa casa pareció una guerra campal y los sirvientes solo escucharon sin saber qué hacer, María José lloró como chiquilla por la situación más vergonzante que le tocaba atravesar… Todo salió a la luz, no fue de inmediato, pero el club de las chicas de las tangas negras salió de su ostracismo, Jorgelina, Sandra, Andrea y todas las chicas fueron cayendo una a una, el revuelo en el colegio entre padres y autoridades fue infernal, acusaciones, responsabilidades, cada uno tratando de llevar agua para su molino, la podredumbre de una sociedad aristocrática perfecta salió a la superficie. La situación tomó tal dimensión que la prensa amarillista del lugar pronto se hizo eco de lo que ocurría y fue noticia de primera plana, casi nadie quería dar la cara y el ...