Mi nombre es Kathy y que puta soy - Relatos Eróticos

Mi nombre es Kathy y que puta soy

... luego lo frotó por toda mi cara y luego me hizo lamerle los dedos. "La próxima vez que vengas aquí, dos caballos te follarán", se burló. Se llevan al Caballo mientras yo toda esplomada sobre la mesa, exhausto, con el coño dolorido y dolorida

El otro caballo es conducido por un hombre sonriente. "Aquí está tu próximo socio", se burló.
"Que te jodan, tráelo entonces, no puedo esperar a tener otra polla decente dentro de mí después de todo, bastardos", le grité. El caballo trepó y se abalanzó hacia adelante, empalándome completamente con su enorme polla. Jadeé con fuerza, pero no fue tan grave ahora que el primer caballo me había escariado. El hombre le dio una fuerte palmada en el trasero haciendo que empujara más hacia adentro. Grité lo que provocó una ovación de la multitud. Ahora tenía su longitud completa aburriéndome. Me corría una y otra vez. Gritando con cada estocada. Mis brazos y piernas tiraban de las cuerdas que los mantenían separados, mi cuerpo atormentado por el placer era levantado de la mesa con cada embestida hasta que con un último empujón fuerte llenó mi coño hasta desbordar y bañó mi estómago y mis tetas con una gran cantidad de es semen cálido y pegajoso, dejándome allí tirado jadeando con fuerza por el esfuerzo.

La multitud se acerca, "Joder, mira el tamaño del agujero del coño de la escoria ahora", dijo un hombre, mientras uno de los hombres desataba mis ataduras. Me dejo caer al suelo en la tierra. La multitud me miraba tumbada allí, frotando el ...

... semen de los caballos por todo mi cuerpo y saliendo de mi coño destrozado. "Mira el estado de la escoria, lavemos a la puta", gritó una voz masculina, mientras sentía un chorro de líquido tibio sobre mí, luego otro. Todos habían sacado sus pollas y me estaban meando. Llovió sobre mí, en mi cabello, sobre mi cara y hasta mi boca, llenándola hasta desbordar. "Joder, abre más la boca y traga, puta", gritó alguien. Mientras lo hacía, varios chorros de orina apuntaban hacia él. Mearon las tetas, el estómago y el coño. Cuando todos vaciaron sus vejigas sobre mí, volvieron a entrar dejándome tirado allí retorciéndose en el desastre del suelo.

Algunos de ellos se quedaron atrás y me hicieron rodar boca abajo con los pies, luego me pisaron la espalda y el culo, empujando mi ingle, mis tetas y luego mi cara hacia el charco fangoso que se había formado con toda la orina. “Arrástrate en la tierra donde perteneces, escoria”, gritaban. Lo hice, mientras me seguían pisoteando hasta que se fueron. Luego me di la vuelta y me quedé boca arriba. Me dolía el coño y estaba entumecido por el uso que había recibido. Incluso ahora todavía estaban filmando mi degradación.

Me quedé allí hasta que algunos de los hombres vinieron y me llevaron al patio donde me rociaron con una manguera para limpiarme el desastre. Regresaron al bar mientras yo me secaba lo mejor que podía con un trapo viejo y sucio que encontré en el suelo y luego volví al bar. Todos vitorearon cuando entré todavía desnudo, me reí ...