Mi suegra Naopa - Relatos Eróticos

Mi suegra Naopa

Esta historia sucedió hace tres años.
Yo tenía 52 años y mi suegra  66 años. Quedó viuda hace 15 años.
Su cuerpo aún está de buen ver; buenas tetas, buenas piernas, hermosas pantorrillas.
Ella vive sola en su casa en un pueblo cerca de Molango, a unas 3 o 4 horas de Pachuca, tiene una pequeña tienda; sus hijos ya hicieron su vida aparte y la visitan esporádicamente.
Yo radico en Pachuca pero por mi trabajo de vez en cuando tengo que ir a Molango. A veces debo quedarme uno o más días dependiendo de la carga de trabajo. Y como queda cerca el pueblo de mi suegra, me he ido a quedar a su casa. Lo hago por dos razones; evito pagar hospedaje y le hago compañía a mi querida suegra. La verdad siempre la he estimado y ella me ha tratado muy bien.
Un día llegué a su casa por la tarde. Me ofreció de comer. Y nos quedamos platicando de varias cosas; entre ellas me dijo que a veces se ha sentido muy sola. 
Le dije que hay muchas mujeres que han pasado por la misma situación.
Me acerqué a ella para mostrarle fotos de mi celular de mujeres con historias exitosas. El hecho de estar muy cerca de ella, me empecé a exitar. Ya que una vez que nos visitó en Pachuca, la vi desnuda totalmente. Por eso me di cuenta de su buen cuerpo con buenas tetas. Fue accidental; nadie me dijo que ella se estaba bañando. Yo abrí la puerta del baño para hacer una necesidad y la encuentro desnuda; se acababa de bañar. Me sentí un poco turbado por haber abierto la puerta. Pero tuve una buena imagen de mi ...

... suegra.
De tal forma que al estar viendo las fotos de mi celular me acercaba más a ella. Quedamos muy juntos. Recargué un poco mi codo en su pierna porque me estaba cansando el brazo sosteniendo el teléfono.
Ella también se dió cuenta de lo que pasaba y puso su mano en mi pierna.
Justo en ese momento llega un cliente a comprar y se tuvo que parar para atenderlo.
Me paré yo también y me fuí a la habitación donde me quedaba. En seguida que despachó al comprador, me alcanzó y se sienta en la cama preguntando de más historias y más fotos. Allí es donde me doy cuenta que ella quería seguir el contacto de nuestros cuerpos. Me senté junto a ella y seguimos mirando algunas imágenes del celular, sólo que ahora ya había cerrado la tienda y estaba oscureciendo.
Le puse un brazo en su espalda y no dijo nada. En un momento nos miramos a los ojos sin decir nada; simplemente nos dejamos llevar por el deseo. Nos besamos apasionadamente, con caricias suaves al principio y luego más intensas. Sin decir nada, le empecé a quitar la ropa mientras seguíamos besándonos. Al tenerla desnuda, le dije que cuando la ví por primera vez así en el baño en Pachuca, me había gustado mucho, que tiene bonito cuerpo, le dije que me gustaban sus hermosos pechos. Que me había quedado con las ganas de tener sexo con ella.
Me confiesa a su vez que igual sentia deseos de estar con alguien así, que no había tenido sexo desde hace vários años y estaba ansiosa de hacerlo.
Me quité la ropa rápidamente quedando ...