FAMILIA QUERENDONA 2 - Relatos Eróticos

FAMILIA QUERENDONA 2

... acabarle en el culo al pibe. Me hubiera gustado en las bocas de Ana y Cande. Pero no había más vueltas. Sabía que Sandro no se saldría hasta que le llene el culo.
La lengüita de Candela pasaba desde la pija del novio a mi ombligo y mi vientre. Es lindo sentir sus besos y lamidas. Por suerte eso me calentaba. Yo tenía cerrado los ojos mientras chupaba a Ana. Como ella se movía sola, yo tenía mis manos en sus tetas. Eso me evitaba en algo la sensación de un culo masculino. Candela también ayudaba. ¡Y así fue! En 10 o 15 minutos vino la sacudida. Sandro se la clavó hasta la garganta. Mis sacudidas fueron motivo suficiente para que él se estremeciera dentro de la boca de Candela. Ana, no sé por inspiración o ejemplo, se derramó en mi rostro. 
	Quedé bastante derretido. Ana se acostó a mi lado y me llenó de besos y caricias. Candela se dedicó a chuparle el culo a Sandro. Luego fue a mi pija. ¡Cada uno a lo suyo!
-Papito ¿cómo estás? – Ana Laura no dejaba de mimarme.
-Bien tesoro, bien. ¡No es para tanto! – Retribuí sus mimos.
-¿Qué te parece si les mostramos unos pichines? - Me lo dijo muy bajito. - ¿Te parece?
-¿No se molestarán? 
-No, para nada. ¡Están encantados con toda nuestra lujuria! 
-Bueno, dale. Sentate encima… - Cuando Ana comenzó con el meo a mi boca, los chicos prestaron atención, uno a cada lado, mirando entre el asombro y encanto. Sin duda, todo lo que hiciéramos la “tía” y yo era bienvenido.
-¿Viste amor, qué lindo? - Candela miraba arrobada como meaba ...

... Ana Laura. Sentía ganas de hacerlo ya mismo. Durante algo más de un minuto, Anita me estuvo meando en la boca. Yo tragaba complacido. Cuando terminó, lamí profundamente la concha de Anita… ¡Nadie me impediría tanto placer!
-¡Mi amor! ¿Me lo das a mí? – De lo más amorosa me bamboleaba la pija mientras me hacía arrumacos.
Ana se acostó y yo me puse sobre sus tetas, con la pija bien frente a su boca. Me la acarició, me lamió, me besó… 
-¡Dale papito dale! ¡Tengo muchas ganas…!
Salió el orín hacia la abierta boca de la “tía”. Como en otras oportunidades, me apreté el tronco para mediatizar el meo y no ahogarla…, un buen rato. Cuando terminé Anita sonrió mirando a Candela.
-¡Es riquísimo Cande! ¡Es como un caldito!
-¿Lo hacemos, mi amor? – Cande le ofrecía el jueguito a su amante. 
-¡Si, dale! – Sandro se acostó y la nena se sentó sobre su pecho, bien pegada a su boca.
	Lo hicieron sin problema.
-¿Vieron? ¡Todas las cositas qué aprenden con nosotros! ¡Jajaja! – Ana Laura acariciaba y besaba la espalda de Candela.
Candela gritaba de placer. ¡Verse meándole la boca a su amante la volvía loca!
Duró como dos minutos.… Sandro casi no podía tragar por todo lo que le enviaba la nena. 
-¡Es cierto! ¡Es rico! – Sandro estaba feliz. 
-Bueno, sigan ustedes. Yo me voy. Tengo que volver al pueblo. 
-¡Qué lástima Dani! ¡Nos gustaría seguir con vos! – Cande gira la cabeza y me tira un besito. 
	Fuimos con Ana a bañarnos, nos vestimos y llamamos un remise… En media hora estaba ...