FAMILIA QUERENDONA 2 - Relatos Eróticos

FAMILIA QUERENDONA 2

... viajando hacia mi destino laborar. Llegué, entre una cosa y otra, a las 11 de la noche. ¡A dormir! 

	En la mañana Ana me llamó.
-¿Qué tal? ¿Cómo estás?
-Preparándome para la obra… - Efectivamente me estaba vistiendo.
-¿La pasaste muy mal? – Ana Laura me habla de la manera más dulce.
-No, para nada. La pasé bien, pero es mi problema asumirme como bisexual. 
-No fue tan malo… - Me imaginé a Ana sonriendo.
-Sí, pero…, creo…, creo que es una tara mía. ¿Te acordás qué me dijiste que tu hijo probó y le gustó…? ¿Y si a mí me gusta? Creo que fue eso…, miedo a mí mismo, a lo que pueden ser mis placeres… No sé cómo decidirme. Prefiero no probar. Una cosa de dudas sexuales… Eso creo… No sé si habrá otra cosa así. En “seco” te prefiero a vos…, o a Candela…, o a Dalia, o a su hija… Así, ¿ves? Por allí ando sin dudas… Será cobardía…, no quiero otra cosa. ¡Qué vamos a hacer!
-No insistiré. Como vos quieras… ¡Me siento tan bien con vos! No quiero ponerte en duda. Mientras podamos hacerlo, no hay nada para probar. Te lo prometo, ¡nunca más!
Un par de días tranquilo, totalmente tranquilo. ¡Falta me hacía! Deberían extrañarse de mi presencia en la obra durante todo el día. Si bien siempre estuve presente ante cada problema, en las últimas semanas, ante la falta de problemas y la sobra de mujeres, estuve bastante independiente. Ahora, que solamente quedan ocho o diez semanas, trataré de estar más presente. Aunque sea de apariencia, nomás. 
	
¡Y se acabó la paz! El miércoles tuve ...

... una llamada de Ana Laura, ¡faltaría más! 
-Hola papito, que tal…
-Muy bien tesoro, descansando… 
-Mirá, no quiero apretarte, pero…, hay nueva propuesta…
-¡Oh no! ¡Basta, por favor! ¿No te pedí que no hablés más del tema?
-No, no hablé más, es… algo que dije antes…, junto a Sandro y Candela, a la hija de la hermana de mi marido…
-O sea…, le contaste a… la sobrina de tu marido… ¿estás loca?
-¡Jajaja! ¡No! Te explico. Ella es algo menor que yo…, unos pocos años, pero nada que ver con el tío… La madre, o sea la hermana de mi marido, es casi de la edad de él, con casi 15 años mayor que yo. La hija, Magnolia, es bastante compinche mía. Tenemos varias traviesas corridas juntas, así que…, bueno…, le conté de nuestras travesuras… para darle envidia… ¡jajaja! Y bueno…, ella se le contó a su hija, Dakar…
-¿Dakar? ¿Es un rally?
-¡Jajaja! El padre era muy fanático, y le pareció que sonaba bien como nombre de mujer. Y así le puso…
-Esta Dakar sería la nieta de la hermana de tu marido… ¿no?
-Justamente.
-¿Y? ¿Qué quiere esa Dakar?
-Quiere “conocerte”. – Ana Laura acentuó la palabra “conocerte”.
-No, no. Salí con eso. Basta, por favor…
-Papi, papi, no te quiero molestar, no dije nada. Es lo que queda de lo que le dije a la madre…
-Sí, claro. Y después la hija le dice a la madre…, y la madre quiere “participar” como la hija. No es que no me guste…, pero cada una de estas cosas me demora la posibilidad de estar con vos…, y no quiero faltar más a la obra. Solamente faltan diez ...