FAMILIA QUERENDONA 2 - Relatos Eróticos

FAMILIA QUERENDONA 2

... cabellos y grandes ojos marrones, con una trencita hacia un costado, asimétrica, el resto del cabello suelto, una amplia camisa y unos ajustados vaqueros. Una pequeña mochila.
Vino hacia mí. Era el único que esperaba a alguien. Seguramente Ana le hizo muy buena descripción.
-Hola ingeniero, soy Dakar. - ¡Se ve toda una mujer, mucho más allá de los 16!
-Sin duda “señorita”. Recibí tus fotos…
-¡Uy! ¡Qué vergüenza!
-¡Jajaja! Ana Laura es muy audaz. ¡No dudó de que las fotos me iban a convencer!
-¡No las muestre a nadie, por favor!
-¡Nunca jamás! – Nos besamos en las mejillas. ¡Su aroma es para cogerla allí mismo!
La conduje hacia la camioneta. Le abrí la puerta del acompañante y subió sonriente. ¡Qué hermosos pocitos en las mejillas! No hablamos. Dakar seguía sonriente, mirándome de soslayo. No sabía que decir. Yo parecía el tímido. ¡Esta piba es única!
Lo de siempre. Le pedí que no bajara. Abrí los portones, volví a subir y entramos. Los cerré. Le abrí la puerta, la tomé de la mano y ayudé a bajar. Una nueva sonrisa. Yo estaba al palo. ¡Hasta vestida, las tetas y el culo son tanto como en las fotos! La conduje a la sala.
-¡Qué hermosa es su casa! – Parecía sinceramente entusiasmada.
-¿Querés comer algo?
-No, nada, nada… Bueee…, Tía me dijo que… no lo hiciera cuando llegara. ¡Jajaja! – Lo tenía todo bien claro. - Quería conocerlo, Dani, mucho, mucho. Tía me contó… algo…, algunas cosas… 
-¡Tan charlatana! ¡Jajaja! - ¡O sea que Ana tiene más de una “sobrina”!
-Ella ...

... me dijo que a usted no le gustó nada que hablara tanto. ¡Jajaja! Me dijo la tía que lo hizo a propósito, para que le diera envidia a mamá, ¡Jajaja! – Se puso frente a mí, y me tomó del brazo. - Ellas son muy amigas, desde hace mucho tiempo, más o menos desde que tía se casó. Me vio crecer. La llamó “tía” desde siempre.
-¿Estás bien entonces? – Yo parecía un “debutante”. No me animaba ni a tocarla.
-Sí, sí, muy bien, Dani…, y… bueee…, muy ansiosa. - Cuando me dijo eso mi pija pegó un brinco. Menos mal que no me había puesto vaquero, que aprietan tanto. 
-¿Sabés Dakar? ¡Sos mucho más hermosa que en las fotos! ¡Y eso que todavía no vi casi nada! - Tengo que sacarme la tara que me provoca esta criatura.
-¡Oh Dani! ¡Es tan galante como me dijo Tía! 
-¿Que te dijo la tía Ana?
-Bueeee…, que lo “hace” muy rico… - Dakar me hablaba mirándome a los ojos. ¿Ana la había convencido que encontraría el paraíso?
-¿Nunca lo hiciste antes?
-Y… si, tres veces, pero no me gustó… - Allí bajó la vista. El momento para tomarla del mentón y hacerle subir la cabeza. - Cuando mi primo me desvirgó, hace cosa de un año, no me gustó nada. Me hizo doler y no me dio ninguna satisfacción…, y luego, dos veces más, pasó lo mismo. Nada de nada para mí. El acabó, y me dejó. Ni orgasmo tuve.
-¿Nunca tuviste un orgasmo? – Ya que ella llevó la conversación hacia allí, yo no lo iba a desperdiciar. ¡Al fin me animé! – Bueno… si, pero chiquitos, cuando yo…, bueno… jugaba…, pero Tía me dijo que… usted me iba a ...