1. Campamento - Parte 5


    Fecha: 19/11/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: johna.2012, Fuente: CuentoRelatos

    El pánico me invadió cuando llegué frente a la puerta del departamento de Raúl.
    
    ¿Qué estaba haciendo allí? ¿Cómo me había atrevido a ir a la casa de una persona que ni siquiera conocía? ¿Acaso estaba loco? ¡Sólo habíamos hablado un día y ya estaba visitándolo en su casa! … Ni siquiera se me había ocurrido pedirle una foto para ver cómo era… ¿En que estaba pensando?
    
    Pero la sensatez fue sólo pasajera en mi mente. De inmediato el dolor en mi estómago me recordó las razones por las que había salido huyendo del colegio, las razones por las que me encontraba en la puerta de la casa de un extraño…
    
    Cristian.
    
    Me sentía destrozado por dentro y lo único que quería era desquitarme. Quería sacarme toda la rabia que sentía. Quería demostrarle a Cristian y a mí mismo que él no me importaba, que no había sido realmente importante lo que ambos tuvimos, que no fue nada especial. Quería demostrarle que lo que tuve con él lo podía tener con cualquiera, incluyendo un perfecto extraño que apenas conocía.
    
    Entonces el miedo que sentía se convirtió en determinación.
    
    Yo no era un tonto, a pesar de estar muy herido sabía perfectamente lo que significaba ir a la casa de un extraño, sabía que aquel hombre sólo quería tener sexo conmigo y eso fue precisamente por lo que fui.
    
    Decidido a entregarme a aquel extraño, me acerqué y golpeé la puerta un par de veces y ésta se abrió enseguida.
    
    ―Hola ―dije nervioso, apenas una figura apareció detrás de la puerta.
    
    El hombre que ...
    ... estaba frente a mí no era para nada lo que me esperaba. Por alguna razón había imaginado que me encontraría con un hombre viejo, gordo y acabado, con la mirada llena de lujuria. Pero aquel personaje que se encontraba frente a mí era todo lo contrario.
    
    Raúl era un hombre alto, tan alto que yo apenas le llegaba a la altura de su pecho. Su contextura era ancha, pero no se le veía para nada gordo, al contrario, parecía tener varios músculos escondidos debajo de aquella casaca que llevaba puesta.
    
    Sus facciones eran duras, varoniles, pero sus ojos tiernos como los de un cachorro. Sus labios carnosos estaban rodeados por ligera capa de pelos, una barba tan perfectamente cortada que parecía de mentira.
    
    ―Hola ―contestó amable, con su voz gruesa y profunda ―, tú debes ser Andy.
    
    En sólo un segundo, sus ojos marrones claros recorrieron mi cuerpo de arriba abajo y luego una sonrisa se dibujó en su rostro.
    
    ―Sí ―contesté, nervioso, muy nervioso… sumamente nervioso.
    
    Raúl no era para nada como me lo había imaginado. Era mejor… ¡Era mucho mejor!
    
    ―Pero pasa, por favor ―dijo luego, abriendo por completo la puerta, haciéndose a un lado para que pudiera entrar.
    
    Con suma lentitud entré en su departamento y me quedé de pie en medio de la sala, observando con asombro la bella decoración y lo elegante que se veían sus muebles.
    
    ―Toma asiento ―dijo, señalando un sofá marrón junto a mí.
    
    ―Gracias ―contesté con timidez y luego caminé con lentitud hacia el mueble y me senté en ...
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