Alura (Mi primer infidelidad de casada con el jardinero negro) - Relatos Eróticos

Alura (Mi primer infidelidad de casada con el jardinero negro)

... fue un momento muy romántico, hasta que me empezó a quitar mi blusa y me pidió que le quitara su camisa, luego me quitó mi bra y me colocó suavemente boca abajo sobre la cama y me empezó a besar la espalda muy rico, había tenido muchos amantes y muy expertos pero él lo hacía muy diferente a los demás de una forma única, luego me bajó los jeans y me dijo que le ayudara a quitar los suyos, luego me empezó a besar mi abdomen y subía con sus labios por mis senos, por mi cuello y me besaba en los labios con tanta pasión, en ese momento yo ya estaba empapadísima y mi vagina se contraía esperando ya ser penetrada, pero Gerardo no tenía prisa quería disfrutar cada centimetro de mi cuerpo, yo no quise decirle que ya me cogiera aunque ya tenía tantas ganas porque lo estaba disfrutando tanto que quería que cuando me penetrara fuera tan especial como así me estaba teniendo en el preámbulo, hasta que por fin me bajó la tanga y me pidió que yo hiciera lo mismo con su ropa interior, cuando quedamos desnudos ví que tenía una verga de buen promedio pero no tan larga y gruesa como la de Julián, pero Julián a pesar de tener una verga grande nunca me había hecho sentir como Gerardo y eso sin haberme penetrado todavía, Julian estaba muy dotado pero me dí cuenta en ese momento que no sabía hacer el amor y yo no sabía tampoco como era que alguien me lo hiciera, para entonces Gerardo se sacó un condón de su cartera y se lo puso y me acomodó en la cama recostándome de forma horizontal a ella y cuando ...

... por fin me metió su verga sentí tan delicioso a pesar de que tenía condón y sentía su verga tan dura y tan caliente y también yo me sentía por demás caliente, el aroma de su piel y la suavidad de sus manos hacian que me pusiera loca, nunca nadie me había cogido tan bien y me besaba y acariciaba tan delicioso al mismo tiempo, en verdad Gerardo tenía ese don de poder hacerle el amor a una mujer y no sólo cogérla por instinto. A partir de aquella vez, así era la forma como nos la pasabamos todas las tardes cuando salíamos del trabajo, era nuestra rutina y no entiendía como me había descuidado tanto Julián que ya no estrañaba su verga larga y gruesa que por algún momento me hizo enloquecer, ni que sospechara que le estaba siendo infiel, bueno esa sería por siempre mi naturaleza. Con el tiempo lo terminé y me llegué a casar con Gerardo, cosas del destino que nunca llegué a imaginar. 
Una ocasión le salió una oferta de trabajo a mi esposo y nos tuvimos que mudar a otra ciudad, al principio fui difícil ya que en esa ciudad hace mucho calor pero luego de un tiempo me fui acostumbrando, obviamente usando ropa ligera y con la instalación de aire acondicionado y ventiladores en la casa. Vivíamos en una privada con los servicios de vigilancia y jardinería incluída, ahí conocí a Hakim quien era el jardinero de la privada, un atlético y verdadero macho de ascendencia africana, ecuatoriano, obviamente de piel oscura como ébano, como de 1.90 y muy atlético, de cuerpo tonificado, al parecer ...