Las nalgas de la tía Carmen (casualidades que se disfrutan 4) - Relatos Eróticos

Las nalgas de la tía Carmen (casualidades que se disfrutan 4)

Hacía ya un buen tiempo que tenía encuentros muy intensos  y muy placenteros con la señora Rosa.
Aunque ya no eran con la misma frecuencia que antes, pero cada que lo hacíamos eran verdaderamente calientes.
Como contexto les recordaré:
Tuve una relación de noviazgo con su hija la cual por cuestiones diversas no tuvo el final esperado por todos.
Ante la tibieza de la hija a la que llamaré Andrea" ´.
Les recuedo que yo tengo treinta y nueve años y soy dos años mayor que "Andrea"
La madre (a la como recordarán la llamamos "Rosa"), optó por aventarse una "canita al aire" conmigo.
Desatendida por su esposo y con ganas todavía de coger sucedió lo que tenía que suceder.
Eso se los había contado en historias anteriores, yo me llamo Juan Carlos.
Luego de algunos encuentros se nos hizo habitual ser "amigo" de la mamá de mi ex.
Una de tantos motivos  que no mencione antes que me impulsaron a cogerme a la señora Rosa, fue que durante el noviazgo con su hija. Una de las tías, "La tía Carmen", nunca falta una tía metiche en la familia. Una señora unos años menor que la señora Rosa, chaparrita y nalgona y como camina mucho es notorio que sus pantorrillas sean gruesas.
Bueno pues a pesar de poseer un culo muy sabroso y antojable esa señora se hizo odiar por mi porque me saludo delante de toda la familia con otro nombre: Arturo !!
a pesar de que ella ya sabía mi nombre, no era la primera vez que iba a la casa por aquellos días.Y pues un silencio incomodo se puso en el ambiente, ...

... me sentí como un pendejo!!!..
La acción de la tía   me molestó bastante pero me contuve, el nombre que mencionó fue de un wey al que se supone nada tenía que ver con Andrea.
Entre otras cosas por eso terminé en la cama con madre, a parte de que la señora necesitaba ser atendida.
Ante las insinuaciones y aunque no gozaba de un físico voluptuoso termine por hacerla gozar.
Volviendo con "la relación" en secreto con la señora Rosa, me encantaba que sin ponernos de acuerdo teníamos encuentros muy calientes.
Cada que me la encontraba en el centro comercial, o en alguna parte de Puebla terminaba cogiendomela ya sea en algún motel o hasta en ocasiones en su casa.
No había compromiso entre nosotros solo era gozar del sexo, y muy rico!!
Su cuerpo adecuado a la edad que tiene : sesenta y seis años me producía morbo.
No era un cuerpo fit, pero era de una hembra deseosa de ser atendida por una verga.
Muy morboso era mamar la panocha por la cual había salido su hija a quien también me cogí.
Como la última vez que me la topé en la bodega comprando despensa.
La salude cordialmente  y me respondió de igual manera.
No se  a que se debía pero era casi seguido nos encontrábamos y como siempre terminaba en la cama de algún motel.
En esa ocasión fue muy intenso, me gustaba calentarla antes de penetrarla.
Primero por que casi siempre batallaba para humedecerse.
Segundo me daba mucho morbo manosearle las nalgas y besarle sus tetas de mujer madura, con caída natural me gustaba mucho ...