Casa de tres, a la playa... - Relatos Eróticos

Casa de tres, a la playa...

Amaneció cálido y soleado, y en mi cuarto, preparaba una mochila con cosas útiles en un viaje: sandalias, toalla, repelente de zancudos, lentes oscuros, gorra...
-¿Qué se supone que estás haciendo?- era Moni, desnuda, pero cepillándose su larga cabellera.
-Ah, es que anoche logré algo que ya no pude compartir con ustedes...
-Jenn, venga aquí, niña, hay algo que nos van a decir..- llamó a la otra chica bella
-Ay, ustedes asustan, jejeje- dijo Jenny, solamente con una camiseta sin mangas que apenas y le llegaba al ombligo.
-Pues oigan bien...anoche me avisó un buen amigo que hoy podríamos utilizar su rancho en la playa, pues él y su familia salieron del país y regresan el próximo fin de semana...
-Ah, que bien...y a que horas nos iremos?- preguntó Jenny
-Justo ahorita, alisten sus cosas y ya...
-Será como digas...pero, no habrá problemas o restricciones por nuestro tipo de vida allá?- volvió a preguntar Jenny
-Es cierto...cómo hacemos?-complementó Moni
-Tranquilas, ya me dijo aquel, que todo es tan privado y que no hay problema de ningún tipo, que me ponga de acuerdo con la señora que cuida el rancho y todo estará bien.
-Bueno, a prepararnos, jejeje- Moni, riéndose.
Pero, qué era la preparación de las dos bellas chicas? Sus sandalias, lentes oscuros, una toalla grande y una salida de baño translúcida, hasta las rodillas. Era todo. Obviamente, llevaban un short y bra, al salir de la casa,
Salimos cerca de las 7 de la mañana, pasamos a comer algo, a un autoservicio, ...

... para no bajarnos, y seguir el camino, de cerca de 45 minutos de viaje, pues por ser viernes, no había mucho vehículos en carretera.
 Llegamos, me bajé para tocar un portón sólido, que no dejaba ver nada hacia ningún lado, y notamos que los muros que la rodeaban, eran bastante altos.
 Salió una chica de no mas de 25 años, bonita, de buena figura, en pantalón de licra y blusa escotada, quien muy sonriente me dijo que mi amigo ya le había dado indicaciones. Que atendiera según yo le dijera. Ana, que así se llamaba, se mostró muy atenta y siempre sonriente me dijo
- Lo que usted me diga, así  se hará, con total confianza.
-Muy bien. solo entramos y platicamos de todo lo que se viene.
Bajamos, y Ana me dijo que las chicas sí que eran muy bonitas.
-Gracias, Anita- le dijeron, riéndose con picardía
-Anita, podemos hablar aparte? Quiero hacerle unas preguntas- le pedí
-Claro, con gusto...
Mientras las chicas sacaban sus bolsos del carro, le expliqué a Anita la situación, que nos gustaba vivir en ambiente naturista, y que si no habría problema con eso, estando ella ahí.
-No se preocupe. El señor y su esposa, hacen igual cuando vienen, por eso es que los muros son tan altos. Y a veces traen amigos invitados que también andan desnudos en todo el rancho.Yo los atiendo y no hay problema.
-Que bien- eran las chicas, que habían escuchado todo.
Al momento, se quitaron los shorts y el bra, y se quedaron con las salidas de baño, que, repito eran transparentes en la claridad de un ...