Casa de tres, a la playa... - Relatos Eróticos

Casa de tres, a la playa...

... soleado dia. Yo solamente me quité la camisa, pues iba con una calzoneta corta en el viaje
-Miren que la esposa del señor es bonita, pero ustedes, jovencitas y tan guapas, le ganan- dijo Anita.
-Y usted, no se anima a andar así?- preguntó la siempre atrevida Moni.
-Cuando ellos vienen, yo solo uso una licra cortita, pequeñita, pequeñita, y me piden que no use nada debajo.
-Pero si usted es tan joven y bonita también- era Jenny, opinando.
-Al principio, me daba penita, y como aquí estaba mi pareja, él también usaba un boxer bien chiquito. Pero como mi hombre decidió irse del país, me quedé sola cuidando aquí- explicaba Anita, quitándose el pantaloncillo de licra, quedándose en un hilo dental blanco, que dejaba ver todo
-Mirenla, si es tan bonita también- dijo Moni
-Muchas gracias- respondió Anita- y saben que estoy para servirles.
Saqué unas latas de cerveza que habíamos llevado, tomamos una cada uno, y le ofrecí a Anita. Sonriendo dijo que prefería no tomar, por estar pendiente de atendernos.
Jenn y Moni, se quitaron las salidas de baño, y sin pena ni nada, se sentaron en unas sillas haraganas, mostrando sus vaginas depiladas y un poco abiertas.
Any, se acercó a mi y me dijo
-A usted, yo le voy a quitar tanta ropa que trae, jejeje- y agachándose, me quitó la calzoneta.Vayase a la otra haragana que ya les voy a atender como se debe- dijo
Las tres sillas haraganas estaban prácticamente unidas. Volvió Anita, ya desnuda totalmente, con un bote de protector solar, ...

... y nos dijo que separáramos las sillas, para caminar entre ellas. Nos indicó a acostarnos boca abajo, y untándose las manos del líquido, se dirigió primero con Moni, y le dijo
-Relájese y déjese llevar por el calor de mis manos.- por cierto, Moni estaba en la silla del centro y nosotros a sus lados, así que nos dimos media vuelta para ver la acción. Comenzó por los hombros, bajó por la espalda, y al llegar a las nalgas, le pasó la mano enmedio de las piernas, tocándole su pocito de miel, y separándole ambas piernas
-Mmmm- reaccionó Moni- se siente tan bien...
Jenny, instintivamente, se pasó su mano en su vagina y con la otra, se apretó uno de sus pequeños pero bien formados pechos.
-Dese vuelta, para ponerle al frente- indicó Any 
Moni se giró, y vimos sus pezones que se habían puesto erectos y duros. E inmediatamente, abrió las piernas, mostrando que ya estaba un poco húmeda. Any siguió con la aplicación de la crema, como si nada.
Al terminar, fue Jenny quien pidió ser atendida por la chica, quien obedeció con una gran sonrisa.
Igual, Jenny se motivó con la puesta de crema, soltando varios suspiros dejando claro que ya estaba dispuesta a todo.
Claro, ante todo eso, mi fierro estaba ya bien duro y a su máximo tamaño. Se acercó Any y nos dijo
-Esto que hago con ustedes, nunca lo hice, pues cuando vienen los señores, era mi marido quien atendía a las chicas y señoras, y luego ellas lo hacían con los señores. Yo cocinaba, preparaba sus bebidas y les servía, nada más. ...