1. De como surgió un trío en un concierto


    Fecha: 22/11/2018, Categorías: Confesiones Autor: Amy, Fuente: CuentoRelatos

    ... todavía no se había corrido esa noche.
    
    Y se corrió, se corrió como una perra. Gritó fuerte y lanzó todo lo que pillaba por los aires, Ana, la muy zorra es multiorgásmica (que envidia) y cuando es bien follada puede llegar a tener más de 5 orgasmos seguidos.
    
    Nos tumbamos en la cama un rato, el chico casi se queda dormido, nosotras, seguíamos a lo nuestro, nos fundimos en un gran abrazo mientras nos besábamos lentamente y nos manoseábamos.
    
    Él pareció medio girarse para un lado y se quedó boca abajo ¿se habría dormido?, Pensé. Era preciso, de espaldas tenía un culito que me moría de ganas de tocarlo, Ana, que me estaba mirando dijo, "anda tonta, tócalo, no te quedes con las ganas que yo también me muero de ganas de tocárselo" Acerqué la mano y comencé a acariciar ese culo duro y respingón, era perfecto, me incorporé más para observarlo mientras le manoseaba.
    
    Me deslicé por la cama hasta tenerle a escasos centímetros de mis labios, comencé a lamerle por los muslos, cada vez más arriba, hasta que me puse delante de ese trasero y separando ligeramente con las manos las dos nalgas comencé a pasarle la lengua, me acerqué como tímida, pero qué diablos, en seguida, comencé a lamer su agujerito, se retorcía de gusto, no daba crédito, Ana, mientras le metía la mano por debajo acariciando su pene, que, aunque ya algo blando conservaba algo de dureza.
    
    Él levantó un poco más el culo, como para facilitarme que con la lengua llegase más profundamente, y así hice, ...
    ... le metí la lengua todo lo dentro que podía, él no paraba de gemir, no daba crédito y cuando lo tenía totalmente entregado, le metí con mucho cuidado un dedito, no sabía cómo se lo iba a tomar, lo mismo no le gustaba y se enojaría. Pero no, soltó un grito sordo de placer, y seguí.
    
    Ana me miraba y sin decir nada, echó mano al pene de silicona del arnés y me lo cercó, lo cogí lo pasé lentamente por su agujerito, que, si dilatado lo tenía, no creía que le fuese a entrar, cogí un poco del lubricante vaginal que tengo en la mesilla y se lo puse con un dedito en el ano y en el pene de silicona otro tanto, y poco a poco, comenzamos entre Ana y yo a metérselo mientras nos besábamos. El ya no podía más, se estaba retorciendo de placer, gritaba que se lo metiésemos más dentro, estaba de nuevo que se iba correr.
    
    Entonces Ana y yo nos pusimos delante de él para de nuevo recibir un buen chorro de caliente leche sobre nosotras, a través del espejo nos vimos los tres como el chico, con el consolador metido en el culo se corría sobre nuestras insaciables gargantas,
    
    Le dejamos bien limpio, no quedó ni una sola gota de semen, nos tumbamos en la cama y esta vez sí, nos quedamos los tres dormidos.
    
    Al despertar, ya eran las 2 de la tarde y amanecimos los tres totalmente desnudos y abrazados, Volvimos echar un par de polvos y cada uno se fue a su casa.
    
    Eso sí, el chico, que se llamaba Julio, nos dio su teléfono, tenemos que repetir esa noche de nuevo. Fue maravillosa. 
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