1. Nuestras putitas suecas - 1 La Fiesta


    Fecha: 12/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: dom.turot@gmail.com, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... parar o seguir iva perdiendo voluntad y agencia. 
    
    Terminó lo que pudo de la bebida con muchos trabajos entre lo difícil que es beber con la lengua y los jaloneos para colocarle la correa al cuello, entonces intentó levantarse, pero la mano decidida de quien tomaba la correa fue contundente al detenerla. Emitió un pequeño chillido fruto de la molestia que el jalón le generó en el cuello, junto las cejas con carita de perrita regañada, pero no dijo palabra y aceptó la indicación. A tres pasos de ella alguien la llamó chiflando y con una palmada en el muslo, ella lo volteo a ver dudosa, pero de inmediato su amigo del principio que ahora tenía la correa en mano como orgulloso dueño la llevó hacia él y le dijo: “sientate”, “buena chica, dale la patita”. Ella fue recompensada con aplausos y palmaditas en la cabeza a lo que respondió jadeando y sacando la lengua como con una sonrisa. Luego la siguió paseando en cuatro por el jardín y conforme se acercaban a alguien algunos de daban una palmadita en la espalda o le rascaban bajo el cuello siguiendo el juego de la perrita, pero a ojos de otros ella, más que perrita, era una putita busucona, cachonda y sabrosa que había que aprovechar y preferían darle una apretada de chichis o manosearle el coño. Otro más creativo se divirtió lanzándole comida al piso como si fueran premios, ella rápidamente los buscaba y los comía, le soltaron la correa y se los fue lanzado más lejos, ella corría por ellos y regresaba a pedir más ladrando. Que ...
    ... gozada verla así. 
    
    Luego como es inevitable en toda fiesta, al estar tomando, llegaron las ganas de orinar. Ella ingenuamente intentó pedir que la dejaran ir al baño con señas, así como cuando consiguió su bebida, pero el baño no es lugar para perritas. Más tardó ella en darse a entender que él en  visualizar lo que tenía que pasar. Se hizo el tonto un rato haciendola sufrir mientras se aguantaba y finalmente le dijo: “¿Necesitas hacer pipi?” Ella se alivió por un momento, pero de inmediato vino la siguiente instrucción, “Vamos, que esperas” mientras le señalaba el pasto. Se veía inquieta y no sabía muy bien qué hacer pero la ganas ya eran insoportables, su correa la detenían firmemente y al final solo pudo acomodarse un poco y soltar. El, por si no tuviera ya bastante atención y humillación aviso a la gente lo que pasaba y subió su falda corta para que todos la vieran ahí en posición de rana, como orinan las perritas hembras, orinando en el jardín. El liquido amarillo primero imprgno su calzón y despues cayo al jardin formando un buen chorro. Lo último que salió con menos fuerza terminó de empapar la prenda. Su rostro estaba rojo como brasa ardiente y su vergüenza era sublime, pero aún tenía espacio para crecer. Él la reprendió con voz fuerte y le dijo “Mira lo que hiciste, perra sucia. Por eso las perras no usan calzones” y procedió a quitarles sus zapatos, y sus calzones empapados que tomó con la punta de los dedos y cara de disgusto. Los lanzó al piso cerca de su cara, la ...
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