1. Nuestras putitas suecas - 1 La Fiesta


    Fecha: 12/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: dom.turot@gmail.com, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... jalo de la correa y le puso la cara junto a los calzones sucios, con la otra mano le presionó la cara en ellos y le dijo de nuevo “ves lo que haz hecho, sucia.” Alguien aprovechó unos papeles que tenía a la mano, los enrollo y se los dió, él sonrió, la hizo levantar bien el culo y le dio cuatro o cinco azotes en las nalgas ahora desnudas con EL CHURRO de papel y le dijo con fuerza “Queta ahí”. Cerca estaba una hielera grande que ya casi no tenía hielo, pero tenía bastante agua helada, tomo agua en el cuenco que había usado para darle de tomar,y regreso con ella. Le subio bien la balda que ahora le cubría del ombligo para arriba, le hecho la mitad del agua helada por el culo, lo que le puso todo la piel de gallina y le saco un gemido quejumbroso y luego continuo echandole agua con la mano alternando con frotar sus partes para limpiarlas. Fue un espectáculo hermoso verla ahí en el pasto en cuatro patas, con las rodillas separadas mientras la enjugaba y la frotaban, abriendo bien sus nalgas y su conchita para limpiarla bien, pero también para exponerla bien.
    
    “Ahora si, ya estás limpia de nuevo, te toca tu premio.” Se puso de rodillas, se sacó la tranca y la ensartó. Uno más, siguió el ejemplo y le dio de mamar. Mientras se la cogían cada cual por su lado chocaran las palmas y animaban a los espectadores a aplaudir y vitorear. El que le daba por la boca, a veces la zacapa para que lo lamiera desde los huevos hasta la punta y se ponía muy cachondo cuando le pedía que ladrara ...
    ... y ella obedecía, luego de nuevo hasta el fondo.
    
    Atrás mete y saca sin reparos, nalgadas enérgicas y una buena estrujada de nagas. En algún momento, le empezó a sobar el ano con la punta de un pulgar, y a veces lo metia un poco. Un espectador dijo, “a esa perra le falta una colita”, y se hizo con un pedazo más de la cuerda que habían usado de correa, la cuerda era más o menos gruesa. Le ató un nudo en un extremo del tamaño de una pelota de golf y se acercó a colocarla. El amigo que se la estaba dando, sin detenerse, le abrió las nalgas con las dos manos, el de la cuerda se escupió en una mano, y le empezó a sobar el culo dilatando con un par de dedos. 
    
    Del lado de enfrente, viendo lo que se venía, no pudo más con la excitación, le encajo el falo hasta el fondo de la garganta y exploto dentro sin dejar de presionar la cabeza hacia su vientre. Ella, a medio ahogarse, hizo tal aspaviento tratando de tomar aire que terminó escurriendo semen por la nariz y con los ojos llenos de lágrimas. En un instante estaba la garganta libre, y con el aire fresco llegó también una oleada súbita de conciencia. Se vio a sí misma con su antifaz de perrita, semidesnuda, en cuatro patas, cogiendo a la mitad del jardín de una fiesta en el que hacia uno minutos habia descargado la vejiga frente a todos, a uno metro frente a ella sus calzones amarillos y empapados, con la cara pringada de semen de un extraño que había pedido ladrando, y mientras tono esto le llegaba de golpe a la mente entrava y ...
«12...111213...»