El chacalito principiante - Relatos Eróticos

El chacalito principiante

Los fines de semana viajo constantemente a mi apartamento en Veracruz. En el puerto me puedo divertir con más facilidad con unos jóvenes machos que encuentro en el Malecón o en el Parque Zamora.

De pura casualidad iba saliendo del pueblo cuando veo en la parada de bus al sobrino de unos de mis trabajadores. Se llama Alejandro, es un chico delgado de unos 17 años, fibroso y espigado, con cuerpo definido, piel oscura y tostada. Ese día cargaba un jeans pegadito y decolorado, una franelita negra pegada y unas botas de trabajador rural muy toscas. Apena lo ví me ofrecí llevarlo hasta una próxima parada de bus, pensando que no iba ir lejos. Todo lo contrario, me explicó que iba para el puerto a casa de una tía.

Se subió al carro y le dije que se pusiera cómodo. Comencé a conversar y me dijo que venía de vacaciones unos días donde su tía. Mientras hablaba veía sus dientes brillantes y su boquita sexy y carnosa. Tenía un corte moderno, al rape de un lado y un copete en el otro. Sus muslos se veían tensos bajo el jeans y se le marcaba un paquete delicioso. Más que nada me fijé en sus manos : dedos largos, toscos pero bien cuidados con uñas recortadas.

Nos detuvimos a comer en un fast food en proximidad del puerto. Cuando lo ví caminando, ondulando esas nalguitas musculosas, ya estaba maquinando como comérmelo... Todo el tiempo de la comida y el resto del viaje estuvo lleno de preguntas sobre el programa de sus vacaciones y comentarios de doble sentido. Al final creo que el ...

... chacalito entendió cuál era el asunto. Me comentó que no tenía mucha experiencia, pero que quería saber "como se siente"... pero le daba miedo. Le pregunté si se atrevería a pasar una noche conmigo, en mi apartamento. Alejandro un poco incómodo llamó a su tía para asegurarle que se quedaría en un lugar de la ciudad, a casa de un amigo de colegio, y que iría al día siguiente. Yo me sentía mareado pensando en lo que iba a comer esa noche ...

Llegamos a mi apartamento. Encendí los aires de la sala, la habitación y abrí unas cervecitas. Cada uno se baño y se puso cómodo. Cuando Alejandro salió del baño cargaba un calzoncito de baño muy apretadito. Wao ! Que paquete se le marcaba... Cómo se veían esos muslos sin vellos. Nos fumamos un porrito y puse una porno. La pija se le paró de inmediato. Nos acostamos en la alfombra frente a la tele y comencé a acariciarlo y mordisquearlo por la espalda. Y él solo se arqueaba y se dejaba tocar.

A un momento el chacalito se atrevó a palparme el paquete. Lentamente me agarró la verga y los huevos. Me los sobaba con curiosidad. Mi piel blanca contrastaba con lo oscura de la suya. De cuerpo Alejandro estaba totalmente lampiño, se había incluso depilado los pocos pelos de su perineo y su raya. Rico. El muchacho se dejaba llevar y yo soy muy bueno maestro. Lo acosté bocabajo y comencé a mordisquear su nuca, bajando por su espalda mientras lamía cada centímetro de su cuerpo. Cuando llegué a sus nalgas las separé con mis dos manos y metí la cara ...