1. El chico de la verga gruesa


    Fecha: 28/06/2024, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Rafael, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... podría tragar el miembro entero. A su edad el muchachito tenía entre las piernas un verdadero taladro ! Temiendo de ahogarme tratando de introducirlo todito, escogí hacer voltear el chico y lamerle el culo. 
    
    El muchachito se dejaba manipular según mis ganas y mis caprichos. Besaba sus huevos, su cabecita, luego su abdomen, metía la punta de mi lengua en su ombligo, pues acariciaba su culo hasta que intenté levantarle sus piernas para clavarle mi verga en su ano. Él me dijo que si se ponía nervioso lo entendiera y por favor no lo penetrara más, ya que eran sus inicios como gay. Me explicó que tenía novia y que incluso en ese mismo hotel habían estado juntos, que ironías verdad ?
    
    Entonces llevé sus piernas a mis hombros e intenté metérselo de misionero. El dió unos gritos de dolor. Paré. Me sugirió que mejor él se sentaría en mi verga controlando la penetración y el sufrimiento. Asi lo hicimos, lubricando primero su ano con mi saliva. Meti mi lengua en su hoyito y lami su ano. El gimió de placer. Que rico en verdad sentir después como mi verga se iba introduciendo en ese hoyito calido y estrecho.
    
    Por fin lo tenía del todo adentro. Sin esperar, el muchachito comenzó a moverse, haciendo unos gestos de dolor. Cambié de posición y lo acosté, poniéndome encima de él. Le levanté las piernas, apoyé sus pies en mis hombros y le comencé a dar unas embestidas. A todo lo que daba, el muchachito gemía y se ponía rojo. Su piel blanca estaba perlada de sudor y me decía que le dolía ...
    ... demasiado. No hizo caso a sus lamentos teniendo como meta llegar al orgasmo. Sentí como mi pene se erectaba para derramar sus chorros. Eyaculé mucho y me recargué sobre él, besándole todo.
    
    Después de unos minutos, retiré mi miembro flácido de su culo y le pedí que ahora él me sometiera a mi. El muchachito me puso boca abajo y hizo que se la mamara para que la tuviera más dura. Luego se trepó sobre mi. Podía sentir su respiración y una cosa cabezona, muy dura, tratando de introducirse en mi ano. Rato después senti como su glande había entrado. Así, a mi petición, esperó un momento que mi recto se acostumbrara al diámetro de su pene y me pasara el dolor. Cuando pasaron unos minutos el muchachito me dió su primera embestida. Grité. Su verga había entrado en su totalidad.
    
    Comenzó un vaivén bien ritmado. Yo gozaba, sufría, gritaba de placer y dolor, y él se dejaba llevar por el placer de dominarme. Estaba embistiéndomelo siempre más fuerte y más rapido. Ese chico de apenas 17 años se había convertido en un verdadero culeador desenfrenado. Cuando presentí que estaba por venirse, me giré retirando su pene de mi culo. Bajé de inmediato mi cabeza a su verga y pude saborear los chorros de su exquisita leche en mi boca. Gocé como nunca esa tarde. Fuera estaba lloviendo y nosotros en ese hotel estábamos gozando nuestros cuerpos. Nos besamos y acariciamos dejando llevar por el deseo, el desnudo. 
    
    El muchachito tenía un bellísimo cuerpo delgado pero no flaco, bien proporcionado. ...