Cuernos consentidos - Relatos Eróticos

Cuernos consentidos

Me había apuntado a una página para buscar pareja y después de un tiempo contacté con una mujer diez años mayor que yo por aquel entonces tenía 35 al mes de estar conociéndonos un poco vía chat y teléfono quedamos para conocernos. 
La mujer tenía alrededor del Uno setenta y cinco con curvas buenos pechos caderas culo pelo rizado de permanente oscuro atractiva. 
Yo en mis 35 años me gustaba depilarme completamente un metro ochenta y dos de altura y por debajo de los ochenta kilos, ya había estado en un par de tríos en los que había tenido sexo oral y en uno de ellos fui penetrado hasta ahí toda mi experiencia bisexual. 
Carmen destilaba sexualidad y por confesiones de ella se consideraba una ninfómana, ella pretendía una relación abierta sin celos  y aprovechando mi bisexualidad que yo también compartirse aquellos hombres ampliando así el disfrute de ella y mío. 
El día que nos conocimos tuvimos varias horas de conversación en las que los dos confesamos fantasías y vicios siendo ella la que llevaba y llevaría la voz cantante en nuestra relación que en principio sería de noviazgo. 
Varios puntos de inflexión serían nuestra relación en la que yo asumiría el papel de cornudo. 
Era morboso y alguno para mí que dentro de mis parámetros de bisexual haya le parecía encajar al 100%.
Aquella noche cenamos y salimos de fiesta dándome cuenta que como hembra tenía un gran éxito con los hombres pero a su vez los rechazaba con bastante facilidad. 
Aquella noche terminó con un ...

... morreo como inicio de nuestra relación. 
Durante la semana las conversaciones calientes por teléfono y sus fantasías sobre nuestra relación nos calentaban ambos. 
El fin de semana siguiente fue distinto el sábado a las cuatro de la tarde me invitó a ir a su casa y allí pude comprobar su capacidad para dominarme. 
Después de ducharme y vaciar mi intestino completamente estuvo tres horas sodomizándome con diferentes consoladores hasta que introdujo uno de unas dimensiones que no pensaba que pudiese alojar mi estrecho culo. 
Yo por mi parte me comí su carnoso coño destacaba por sus grandes labios y un clítoris bien abultado también por primera vez Lami su ano cosa que al principio me resultó un tanto desagradable y luego viendo el placer que le proporcionaba y el vicio que ella tenía acabó gustándome a mí también. 
Sobre las once de la noche nos preparamos y salimos a dar una vuelta con una particularidad llevaba insertado en mi ano un cono de buenas dimensiones con el que me da un tanto difícil poder sentarme en los taburetes de los bares a los que ella me cedía gustosamente. 
Era mi coqueta y lo hacía con facilidad con cualquier hombre que le apetecía ser pero por lo que yo intuía ella buscaba hombres que asimilasen una relación a tres y tanteaba mi reacciones siendo yo más o menos impasivo porque lo sentía ningún derecho sobre ella y mucho menos celos. 
Al final de la noche se lió de alguna manera con un tipo con aspecto bastante chulesco y después de salir del bar y ya en ...