1. La perrita obediente


    Fecha: 01/07/2024, Categorías: Lesbianas Tus Relatos Autor: rincondelmorbo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... sentí el sabor de mi jugo, pero ella me agarro duro la cabeza mientras me besaba así que fue imposible no saborear mi propio jugo.
    Después de que me dio ese arrechante beso, se dejó acostar, yo sólo tenía cabeza para pensar en que quería que ella sintiera lo mismo que yo sentí, pero caí en la realidad cuando puse mi lengua encima de su coño y sentí ese sabor en mi lengua, ella me hizo sentir mi propio jugo, pero al contacto de mi lengua con su coño fue en donde sentí el verdadero sabor del jugo de un coñito arrecho, ella tenía parches blancos saliendo por su coño, sobretodo en los labios, eso me hizo sentir por primera vez como una perrita obediente, y comprendí que ella me había echo venir de primera porque sabía que después de hacerme venir yo iba a ser su perrita obediente y la iba a complacer en todo lo que ella me pidiera. Yo estaba tan arrecha que lo que hice con su jugo, fue esparcirlo por toda mi boca y empezar a tragarlo completamente, no sabría explicar lo que sentí al probar su jugo, el olor de su coño era muy fuerte, tenía muchos parches blancos y había un liquido que salía desde lo más bajito de su coño y le llegaba hasta el ano, yo quería chuparme todos los parches blancos pero mi timidez me impidió poner mi lengua en su culo, pero puse mi lengua en lo mas bajito de su coño y pasé mi lengua llevándome todo el jugo que pudiera.
    Intente imitarla lo mejor que pude, era muy fácil jugar con su clítoris porque sobresalía mucho de su coño, estaba duro y era enorme, ...
    ... al ver su coño tan rosadito era imposible no sentir ganas de chuparlo, yo pasaba mi lengua por todo su coño, me lo metía en toda mi boca y cuando lo tenía adentro, chupaba duro y revolcaba mi lengua duro en todo su clítoris, era tan grande que era imposible no cruzarse con el cuando tenía su coño dentro de mi boca. No se cuanto de su jugo me tragué pero no paraba de salirle. Ella me agarraba la cabeza y se revolcaba duro en mi boca, subía y bajaba el coño, lo hacía en recorridos tan largos, que lo mejor que podía hacer era sacar lo más que pudiera mi lengua y dejar que ella la recorriera como le diera la gana, yo en vez de separarle las piernas, le agarre ese culito lo más duro que pude para mover mi boca a su ritmo, no se como hizo, pero no gimió ni una sola vez, pero a cambio de eso revolcó su coño como le dio la gana en mi boca, me sentí tan usada por ella que hasta el día de hoy nadie me ha hecho sentir así, fue delicioso ser su perrita obediente, concentrada completamente en hacerla gozar. Se revoco y se revolcó y se volvió a revolcar hasta que sentí que apretó todo el cuerpo en un arco y en vez de retorcerse como yo, los pies le temblaron tanto que no fue capaz de soportar su peso en el aire y cayo de un golpe sobre la cama mientras las piernas se le movían como si fueran de gelatina, fue el único momento en que dejó salir un quejido, pero fue muy sutil, me imagino que le salió sin poderlo reprimir al sentir su primer orgasmo, que rico que fue en mi boca al igual que el ...
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